Las caídas de las Bolsas americanas en la sesión de cierre
semanal del pasado viernes, y sobre todo el cierre del futuro del
S&P en 1.384 puntos, muy por debajo de la línea de flotación de los
1.400 puntos, ponen una nota discordante en el plácido escenario de los
mercados de este final de 2012.
Un 2012 que, pese al
pinchazo de la última semana y de la última sesión, arroja en su conjunto un
resultado extraordinario. Diciembre ha sido para muchas Bolsas
el quinto mes consecutivo de subidas bursátiles, cerrando así
un 2012 con subidas de dos dígitos para muchas plazas bursátiles. El S&P ha
subido un 11,5% en el año, el Nikkei
casi un 23% y el Dax casi el
30%. Nuestro Ibex 35
ha sido la excepción con su caída del 5%, pero a nivel global la evolución de
los mercados ha sido espectacular, más aún si consideramos que estamos en la
peor crisis desde la Gran Depresión de los
años treinta y si, aun siendo optimistas, pensamos que el crecimiento del
PIB global estará más cerca del 2% que del 4% en los próximos
trimestres e incluso en los próximos años.
¿Cuál es entonces la causa, el
motor, de las subidas?
Una idea muy extendida es que las Bolsas se están
anticipando a la, por muchos anunciada, recuperación económica
global de fines de 2013. La Bolsa, dicen, se
anticipa siempre un año a la evolución de la economía real.
Otra idea es
que el motor de las subidas esta en la nueva liquidez inyectada
por los Bancos Centrales a partir de agosto pasado. Es sabido
que esa liquidez, ni la de ahora ni la de los últimos años, no está yendo a
financiar a la economía real, ya que el volumen de
crédito tanto corporativo como de familias va a la baja. Por lo que se
queda en las mesas de tesorería de los Bancos, que la invierten en los mercados,
en parte en renta fija, en parte en renta variable y en parte en divisas y materias primas.
Es difícil saber cuál de las dos
posturas tiene razón y solo tempo lo dirá, pero ahora, al empezar el 2013 es
razonable preguntarnos si estamos o no en esa pretendida "zona de
confort" que algunos pronostican para el próximo ejercicio.
Y
para responder a esta pregunta conviene ir más allá del "abismo
fiscal" y de que se llegue o no a un acuerdo entre
republicanos y demócratas en EEUU, ya que al
fin y al cabo, con o sin acuerdo sobre el precipicio fiscal,
los temas de fondo siguen siendo el crecimiento y la
deuda.
La pregunta es: ¿cómo va a ser el 2013?
Si
vemos dónde se encuentra el llamado proceso de
desapalancamiento, hay que pensar que, como decíamos, el mundo
va a crecer en los próximos años más al 2% que al 4%. Esto, en términos de
deuda, no lleva a las grandes economías a un escenario de
default a la griega, pero si a un escenario de digestión a la
japonesa. Japón es una imagen que no gusta, pero es un espejo
cada vez más real, y en cierto modo reconfortante ya que nos aleja de una
evolución caótica como la de los años treinta.
Es decir, estamos ante
otro año de crecimiento débil y desapalancamiento suave auxiliado por las
políticas monetarias de los Bancos Centrales.
Otro año de tipos de interés ultra bajos, de
reformas tibias y de progresos fiscales
limitados.
Si esto es así, la siguiente pregunta es ¿pueden los Bancos
Centrales realmente determinar los niveles de empleo y de
crecimiento de la economía? Nuestra opinión es que carecen de
las herramientas necesarias para ello. Pueden ayudar, dar tiempo, suavizar los
ajustes y las reformas, pero nada más.
En 2012 nos hemos acostumbrado a
no mirar a los datos fundamentales (cómo va la economía) sino a
ver si la Fed va a inyectar dinero o si el BCE va a comprar bonos o si republicanos y
demócratas se ponen de acuerdo en el tema del precipicio fiscal. La idea
subyacente es que la estabilidad de los mercados al final se
convierte en crecimiento de la economía real. Vamos a ver en 2013 si ese círculo
virtuoso funciona, pero no deberíamos llevarnos una enorme decepción si no
funciona, porque, como dice Rogoff, si se mete más dinero sin
reformas de fondo en una economía ineficiente, el dinero se va
por las alcantarillas, se pierde. Por eso, cuando muchos esperan la
reactivación, la pregunta es, ¿es posible?
En los primeros días de 2013
tendremos datos relevantes como los ISM de manufacturas y
servicios en Estados Unidos y los PMI en la
zona euro, y, sobre todo, dada la importancia que le da la FED
al empleo, habrá que prestar atención al informe de empleo en
EEUU en diciembre que se publica el viernes próximo. Es obvio que la atención
mediática estará más entrada en el posible acuerdo sobre el precipicio fiscal
que en estas cifras económicas, pero a nuestro juicio el acuerdo sobre temas
fiscales en EEUU es solo un elemento más de incertidumbre en un escenario de
equilibrio inestable como el actual.
Hemos venido sosteniendo en las
últimas semanas, y lo repetíamos al finalizar nuestro comentario de la semana pasada, que mientras no veamos
al S&P romper al alza con fuerza hay que mantener
la cautela. En base a esta idea proponíamos en nuestro anterior
comentario aprovechar el rally de fin de año para aligerar posiciones en activos
de riesgo.
A las puertas ya de 2013 nos seguimos sintiendo más cómodos en
una posición muy selectiva en activos de riesgo apostando solo por
buenos valores o buenos activos que además
estén a buen precio, lo que nos lleva a evitar algunas
compañías o mercados que han subido
excesivamente.
El ya mencionado cierre del futuro del S&P el pasado
viernes muy por debajo de los 1.400 puntos, en concreto en 1.384 puntos, nos
reafirma en esta posición y lo que trataríamos de ayer es seleccionar muy bien
valores que se hayan quedado atrás.
Grandes compañías europeas y
americanas, como las "utilities", las "telecos" y las energéticas, forman parte
de la selección. Podríamos pensar también en el Ibex, que obviamente se ha
quedado muy atrás, pero también en el Ibex hemos de ser
selectivos y preferimos de momento limitarnos a valores
Telefónica, Iberdrola, Acerinox, o Repsol, evitando de momento
los Bancos ya que lo sucedido en Bankia o
Popular las últimas semanas nos indica que aún quedan
turbulencias de cierta intensidad.
En definitiva, es posible que en 2012
hayamos empezado a salir de la zona de máximo estrés pero desde
luego estamos aún lejos, en nuestra opinión, de la zona de confort.
Presidente de Renta 4 Banco