La tercera semana de agosto ha sido una buena muestra de esa situación tan del
agrado de los Bancos Centrales, a la que aludíamos al final de
nuestro
anterior comentario, en la que lo mejor que puede pasar es, precisamente,
que no pase nada. Y, a la vez, una muestra también de lo difícil que es
controlar a los mercados.
Si miramos a los principales
índices vemos, efectivamente, variaciones muy suaves. El
Nikkei ha terminado la semana en el mismo sitio en el que la
empezó, el S&P ha subido un 0,5%, el Dax
ha subido un 0,3%, el Dow ha bajado un 0,5%, y el
Eurostoxx ha bajado el 1%. Pero, sin embargo, también hemos
visto en la semana movimientos algo más bruscos en las Bolsas
asiáticas excluida la japonesa (Kospi coreano -2,6%,
Straits Times de Singapur -3,4%, Filipinas
-5,5%, Tailandia -7,5%, Indonesia -8,7%) , en
algunas Bolsas emergentes (Turquía - 6,4%) y en Bolsas como la
francesa, la española o la italiana muy influidas por el sector
bancario (Mib italiano -1,9%, Ibex
-1,5%, Cac -1,3%).
A la hora de hacer una lectura de
estos movimientos, hay que conectarlos con lo que está pasando en el
mercado de bonos desde que fue tomando forma, a partir del
pasado mayo, la idea de una posible reducción o retirada por
parte de la Fed de su programa de compra de
activos. Esa posibilidad ha determinado una subida bastante notable, en
poco tiempo, de los tipos de interés largos, que en el caso del
bono del Tesoro americano a diez años (Tbond) han pasado en
pocos meses del 1,6% de principios de mayo al 2,9% actual y en el
bund alemán han pasado del 1,2% de principios de mayo al 1,9%
actual. Esta subida es muy relevante, y por ahora ha sido "ordenada". Éste es el
gran éxito, por el momento, de Bernanke, posiblemente su último
gran éxito, ya que está consiguiendo que el impacto de la subida de
tipos en la Bolsa americana y en casi todas las demás Bolsas sea casi
imperceptible.
Ahora bien, estamos viendo ya un cierto
efecto de esa subida en las Bolsas emergentes,
cuyo índice de referencia, el MSCI Emerging Markets, pierde un
11,6% en dólares en lo que va de año, y un 13% en euros. Como ya hemos dicho,
esta semana pasada algunas de las Bolsas que peor se han comportado han sido
precisamente Bolsas emergentes, y hemos visto como Brasil ha
tenido que inyectar sesenta mil millones de dólares para dar soporte a su moneda
y como el Banco Central de India ha tenido que intervenir el
pasado miércoles comprando bonos del Tesoro a largo plazo para ayudar a sus
Bancos, en medio de una fuerte caída de la rupia. El dinero
"prestado" por la Fed que se había ido a economías emergentes ahora se retira,
ante la posibilidad de que la Fed reclame la devolución en
breve.
Bonos y emergentes son por ahora
las dos categorías de activos que están mostrando cómo no va a ser fácil
recortar las políticas de compras de activos
por parte de la Fed, un recorte que, a la luz de las actas de
la última reunión de la Fed que se publicaron el miércoles pasado, parece solo
cuestión de tiempo. Y por eso la pregunta es qué pasará en los mercados cuando
realmente los Bancos Centrales empiecen a recortar las inyecciones
monetarias, ya que por ahora tan solo ha habido un preanuncio
de retirada, pero los Bancos Centrales siguen inyectando liquidez. Nos
podemos preguntar si los movimientos seguirán siendo igual de "ordenados" cuando
se pase de las palabras a los hechos, ya que mucha parte del dinero inyectado ha
sido a activos emergentes y a bonos de menor calidad, como los periféricos, que
por ahora no están sufriendo casi nada.
Las dudas también se plantean, en
este plácido agosto de "estabilidad prefabricada", en el otro
extremo, esencialmente en el Banco de Japón, que, a diferencia
de la Fed, ha reiterado que mantendrá y, si hace falta, intensificará, las
inyecciones monetarias. Tras una reacción inicial muy positiva en mayo, la
realidad es que la economía y los mercados nipones no están respondiendo de
forma muy entusiasta, por ahora, a las medidas del gobernador
Kuroda. El Nikkei se ha quedado estancado por
debajo de los 14.000 puntos, las noticias económicas nos hablan de un
déficit comercial japonés elevado en julio, el
yen no acaba de bajar con fuerza y los bonos
japoneses a diez años siguen con sus tipos en torno al 0,8% y
amenazando subir. Parece que los mercados exigen esa "tercera flecha" de las
reformas estructurales de la economía, una tercera flecha que
le cuesta mucho poner en marcha al primer ministro Shinzo Abe.
La lección de Japón es que sin reformas de fondo los estímulos monetarios acaban
por no funcionar. Christine Lagarde, la directora del
FMI, ha ido más allá en su intervención en Jackson
Hole el pasado viernes, al afirmar, en línea con el informe de junio
del Banco de Pagos de Basilea, que los estímulos monetarios
tendrán inevitablemente un final, y que hay que aprovechar el tiempo que dan las
políticas monetarias expansivas para hacer reformas de fondo. La pregunta es ¿se
está aprovechando?
Queda solo una semana de agosto, y entramos en un
septiembre que tendrá una agenda muy cargada. La reunión de la
Fed a mediados de mes es sin duda un punto de referencia, pero no el
único. En Japón hay que ver si finalmente Abe sube los
impuestos al consumo y baja el impuesto de
sociedades, y hay que ver si de verdad empieza con las reformas
estructurales. En EEUU el debate sobre el techo de la deuda y
sobre el déficit público tomará mucha más fuerza, y en la zona
euro tras las elecciones alemanas deberían salir a flote temas que han estado
sumergidos, como el tercer rescate griego o el modelo real de
unión bancaria, que a la vez encierra dentro de sí el modelo de
garantía o no garantía recíproca sobre los bonos soberanos de cada miembro. Son
temas que se han ido posponiendo, por las elecciones alemanas,
pero que siguen ahí, incluso de forma más acuciante porque los diferentes
Tesoros de la zona han seguido elevando sus deudas en los últimos
meses.
De momento, a más corto plazo, la última semana de agosto tenemos
en Estados Unidos datos de vivienda (índice Shiller) , datos de
confianza del consumidor y el PMI de
Chicago, así como diversas intervenciones de miembros de la
Fed. En la zona euro tendremos la encuesta IFO de confianza en
Alemania y en Japón la producción industrial y el
IPC de julio.
Salvo que se desaten improbables
turbulencias en los emergentes, cuyo análisis ha dominado las
reuniones de Jackson Hole de este fin de semana, lo que cabe
esperar de este agosto tranquilo es que tenga una última semana igualmente
apacible.
Presidente de Renta 4 Banco