Uno de los principales objetivos de la reestructuración del sistema
financiero español, que actualmente se está acometiendo, es conseguir
el saneamiento de los balances bancarios para lograr una mejora del flujo de
créditos al sector privado.
No es cierto que en los
últimos tres años el sector financiero no haya concedido
créditos. Sí lo ha hecho, pero el único sector que ha visto aumentar su
financiación, vía créditos o vía colocación de emisiones, ha sido el
sector público, no el sector privado. Desde
2009 el crédito al sector privado no ha dejado de descender, superando en 2011
la reducción de 100.000 millones de euros. En este periodo se ha producido un
claro efecto de "expulsión" de la financiación al sector
privado en favor de la financiación al sector público (efecto crowding out). Los
escasos recursos disponibles de la banca se han dirigido a
financiar al sector público en detrimento del sector privado. Los persistentes
déficits de las AA.PP. no son inocuos.
La creación del "banco malo" es uno de los pilares
de la reestructuración bancaria. El llamado "banco malo", no es un banco, sino
una Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración
Bancaria (SAREB) que gestionará los activos "dañados" de las entidades
financieras que requieran capital público. SAREB recibirá, entre otros, activos
inmobiliarios adjudicados y créditos promotores de dudoso cobro. A cambio, las
entidades financieras recibirán en pago bonos descontables en
el BCE.
Consecuencias para las entidades financieras
"rescatadas" cedentes de activos a SAREB:
- Una reducción del
volumen de créditos en balance, al deshacerse de los créditos
dudosos.
- Un aumento de la liquidez disponible, al
cambiar activos poco líquidos como inmuebles adjudicados y créditos de dudoso
cobro por bonos canjeables por liquidez en el BCE.
-Una disminución del
tamaño del balance, al dar de baja activos por debajo del valor
contable de los mismos.
La liquidez recibida por las entidades como pago a los
activos traspasados debería servir para incrementar la concesión de créditos al
sector privado pero existen varias limitaciones:
- Una de las exigencias
del rescate bancario es la reducción del tamaño de los balances
bancarios. Dependiendo en cada caso de cuan agresiva sea dicha reducción, se
limitará más o menos la concesión de nuevos créditos.
- Otro de los
criterios monitorizado por las autoridades europeas es el ratio
"Préstamos sobre Depósitos" (Loan to Deposit). A modo de
ejemplo, en el rescate a Portugal se exigió a la banca lusa
alcanzar un ratio máximo del 120%. Es decir, el volumen de préstamos concedidos
no puede exceder en más de un 20% el volumen de depósitos de clientes que
mantenga la entidad. Por tanto, no es suficiente disponer de liquidez para poder
incrementar el nivel de créditos concedidos.
- Si se supera el ratio
"préstamos sobre depósitos" marcado, sea el que sea, el banco en cuestión no
podrá incrementar los créditos al sector privado, pero sí podrá seguir
financiando al sector público mediante la compra de bonos
soberanos o letras del Tesoro. La compra de deuda
pública no se considera concesión de préstamos.
- El objetivo de
SAREB (el "banco malo") es deshacerse de los activos
adjudicados, vendiendo los mismos de una forma ordenada. Cualquier comprador de
dichos activos requerirá financiación. Salvo que se vean forzados a ello,
ninguno de los bancos cedentes de activos tendrá mayor interés en volver a
financiar activos del sector inmobiliario. Por el contrario, si no son los
propios bancos cedentes los que financian, difícilmente los bancos "no
rescatados" querrán aumentar su exposición al sector
inmobiliario. Este puede ser el uno de los principales problemas con
los que se enfrenten los gestores de SAREB: sin financiación difícilmente
encontrarán compradores para sus activos.
La puesta en marcha del mal
llamado "banco malo" es una oportunidad de incrementar la necesaria
concesión de crédito al sector privado. Sería triste que la
liquidez recibida por las entidades cedentes de activos acabe financiando la
venta de los propios activos cedidos por las entidades a SAREB, o comprando
deuda pública. En gran parte dependerá del contenido de los "planes de
reestructuración" que necesariamente deberán aprobar la
Comisión Europea para cada una de las entidades que reciba
recursos públicos.
De momento, la financiación al sector público por
parte de la banca sigue aumentando, mientras el sector privado sigue sediento de
financiación. Sólo hay que analizar de dónde han acabado saliendo los 18.000
millones del Fondo de Liquidez Autonómica: básicamente de los
balances bancarios.
Jesús Sánchez-Quiñones
González
Director General de Renta 4 Banco
Director General de Renta 4 Banco
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