El Ibex, sobre cuya debilidad advertíamos la semana pasada en esta sección, ha conseguido
finalmente terminar la semana con una subida del 0,8%, lo cual no ha evitado que
finalmente en el mes de junio haya sufrido un retroceso del 6,7% y que desde
inicio de año pierda un 5%. Al comenzar el segundo semestre hay una seria
expectativa de que la economía española toque suelo este verano
o en otoño, pero a la vez siguen pesando sobre el Ibex amenazas evidentes al
persistir el desequilibrio de nuestras cuentas públicas y los elevados niveles
de deuda de nuestra economía.
Más allá de la volatilidad
de las Bolsas, sin duda uno de los movimientos más llamativos que ha
tenido lugar en el segundo trimestre de 2013 ha sido el del
oro. A mediados de abril el oro sufrió su mayor caída diaria en
tres décadas, y tras un rebote transitorio, las caídas se han vuelto a repetir
en junio y han llevado al oro a perder desde principio de año un 30%. El índice
de compañías mineras FT Gold Mines ha caído un 50% desde
enero.
En los buenos tiempos de agosto de 2011, cuando el oro marcaba
máximos históricos de todos los tiempos por encima de mil novecientos dólares la
onza, varios Bancos de Inversión internacionales daban precios
objetivo para la onza de oro de dos mil, tres mil y hasta cinco mil dólares.
Ahora las cosas han cambiado, el oro marca mínimos de varios años y algunos de
esos mismos Bancos de inversión dicen que el oro va a bajar mucho más.
En
nuestra opinión, el oro ha sido el "canario en la mina" que ha anticipado lo que
luego ha sucedido y seguirá sucediendo en otros mercados de
activos, a saber, un gran desorden creado por las políticas de
inyección masiva de liquidez practicadas por los Bancos Centrales. Esa enorme
liquidez se canalizó, en parte, de forma especulativa, hacia el oro, creando una
fiebre compradora que situó su precio muy lejos de los fundamentales, tal y como
denunciamos en nuestro Gráfico semanal de 29 de agosto de 2011, cuando
proponíamos vender futuros del oro por encima de mil novecientos dólares la
onza.
Hoy sucede lo contrario, el oro no está de moda y ha pasado de ser
un "refugio" frente a una eventual inflación futura derivada de
la actuación de los Bancos Centrales a ser una víctima de esa actuación de los
Bancos Centrales.
Pero la tesis en favor del oro como activo alternativo
en una cartera sigue siendo la misma, y no es otra que protegerse de un
deterioro generalizado que puede sufrir el valor del dinero, considerando el oro
como una divisa alternativa.
El gráfico que presentamos muestra la
espectacular remontada del oro en la sesión del pasado viernes, en la que llegó
a estar por debajo de 1.180 dólares la onza para terminar en 1.238 dólares la
onza. La pregunta es si estamos ante un cambio de tendencia o tan solo ante un
rebote pasajero.
Es difícil responder a esa pregunta, ya que deberíamos
saber lo que todavía necesitan vender operadores muy apalancados, como algunos
fondos hedge, pero en cualquier caso pensamos que los precios
actuales son buenos y somos partidarios de comprar en torno a 1.200 dólares
futuros del oro, o, si se prefiere una posición más conservadora, con riesgos
medidos, comprar opciones call en las que el máximo riesgo es perder la prima
pagada.
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GRÁFICO DE LOS FUTUROS DEL ORO LA ÚLTIMA SEMANA
Por Renta 4 Banco
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