La renta variable global ha subido un 30% desde mínimos de 2011
y los índices están entrando en nuevos territorios de máximos en los índices
estadounidenses, suizos, ingleses y alemanes.
La correlación entre el
comportamiento de la renta variable y los resultados empresariales es casi
perfecta y "arbitrable" en el largo plazo. Como se puede ver en el gráfico
inferior, el S&P 500 está en máximos históricos, pero es
que también lo están los beneficios de las compañías que lo
componen.
Para los que esperan una caída del S&P 500 simplemente por el
hecho de que el índice está en máximos históricos, deben esperar que los
beneficios empresariales de las compañías que componen el índice norteamericano
caigan de manera relevante.
La economía estadounidense, medida en
términos de PIB nominal, como se puede ver en el siguiente
gráfico, también está en máximos históricos.
Es imprescindible que las empresas hagan crecer su beneficio para que
la renta variable a partir de estos niveles siga obteniendo rentabilidades de
doble dígito.
Desde comienzos del año, el consenso de mercado ha
reducido sustancialmente los beneficios esperados en muchas de las compañías,
así, se ha revisado un -6% el beneficio esperado para las empresas
europeas, un -4% para las compañías tecnológicas estadounidenses o un
-14% para las españolas.
En cualquier caso, se sigue esperando crecimiento en los
beneficios empresariales de las compañías europeas para 2013 y
para 2014, +5% y +12% respectivamente, lo cual es un buen indicador para la
renta variable europea.
En el caso de EEUU, también se espera que los
beneficios crezcan +6,5% en 2013 y +11% en 2014. Quizás por ello, hay que ser
algo más prudentes, ya que si la correlación entre los beneficios empresariales
y el comportamiento del S&P 500 se cumple, el principal índice de renta
variable estadounidense sube en lo que llevamos de año casi un +20%, por lo que
está yendo más rápido que los propios beneficios.
Gestor de
fondos de Renta 4 Banco
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