Tras la semana anterior, que había tomado la peor de las derivas posibles, hemos
visto como en los últimos días los mercados financieros han superado
algunas pruebas importantes. El consenso europeo para avanzar hacia la unión
bancaria, la bajada de tipos en Australia y en China,
el buen PIB de Australia en el primer trimestre, y el buen resultado de
la arriesgada subasta de bonos que realizó el Tesoro español el pasado
jueves, han propiciado fuertes rebotes en todas las Bolsas. Rebotes que son
importantes, porque, como señalábamos en nuestro comentario anterior los
índices, sobre todo el futuro del S&P, estaban en niveles críticos,
cuya ruptura a la baja habría tenido implicaciones muy negativas en el corto
plazo.
De esta forma, la apuesta por el Eurostoxx 50 que hacíamos en
nuestro anterior comentario ha sido acertada y también lo ha sido la salida de
las posiciones bajistas del S&P y del euro/dólar. En la semana
el Ibex 35 ha subido un 8%, y el Eurostoxx 50, el Dow y el
S&P han subido un 3,6%. Curiosamente el Dax ha sido el peor
índice europeo, con una subida del 1,3% y el Nikkei ha subido solo muy
ligeramente.
Tras estos avances, la enorme sobreventa de los
mercados se ha corregido en parte, sobre todo en el sector
bancario europeo, que ha disfrutado de alzas espectaculares.
Pero ha
habido otro dato importante en los mercados esta semana, que es el giro a la
baja en el bono alemán. El bund, que había llegado a un tipo del 1,13% la
semana pasada, empezó a recortar el miércoles por la tarde y cerró el viernes en
un tipo del 1,33%. La lectura directa que podemos hacer es que los temores de
ruptura del euro se han relajado, ya que el bund se ha convertido en el
indicador más fiable del miedo a la ruptura del euro. A mayor riesgo de ruptura,
más dinero fluye al bund buscando el refugio de los futuros nuevos marcos
alemanes. Por eso es importante el giro a la baja del bund.
A lo largo de
la semana hemos ido teniendo noticias sobre la evolución de la economía
global. La debilidad de la zona euro ha quedado patente en el PMI
compuesto de manufacturas y servicios, en 46 puntos frente a los 46,7 de abril,
indicando el mayor ritmo de contracción de los últimos tres años. La bajada de
tipos china de un 0,25% al 6,31% también es signo de desaceleración en la gran
economía emergente. Solo Australia ha dado buenas noticias con su magnífico
crecimiento en el primer trimestre del año. Pero dentro de un escenario global
de debilidad que quedó también reflejado en las palabras de Bernanke el
miércoles y de Draghi el jueves.
Sin embargo, a diferencia del
verano pasado, estas noticias han tenido poca incidencia, porque el foco no está
ahora en una posible desaceleración económica que las Bolsas ya
han descontado, sino en la situación del sector bancario europeo, y más
en particular, en este momento, del español. De ahí las fuertes subidas de
valores bancarios (Santander y BBVA subieron más de un diez por
ciento) al calor de los avances en la posible unión bancaria europea, que al
establecer un seguro de depósitos a escala europea, eliminaría el riesgo de fuga
de depósitos hoy real en varios sistemas bancarios de la zona.
Es verdad
que la unión bancaria exigirá, al final, unión fiscal y unión
política, pero en Europa el procedimiento siempre ha sido el de
avanzar paso a paso, y a falta de un plan global es bueno ir completando, aunque
sea poco a poco, el puzzle.
La solución dada al caso español, a través de
la línea de crédito acordada el sábado, es también una buena noticia para
la estabilidad de la banca europea, que es lo más urgente, ya que sin dicha
estabilidad no hay crecimiento posible, y lo que sí hay son riesgos de posibles
cortocircuitos o colapsos financieros, con el consiguiente escenario de ventas
en cascada. Desde esta perspectiva el acuerdo de asistencia financiera para la
banca alcanzado el pasado sábado por España y la Unión Europea es
una buena noticia y debería ser bien recibida por los mercados, ya que aleja el
fantasma de una reestructuración desordenada en la banca española, que
habría tenido repercusiones muy negativas en nuestra Bolsa, dadas las
interrelaciones y cruces accionariales existentes.
Nuestra impresión es
que las Bolsas van a seguir descontando bien el acuerdo en los próximos días y
corrigiendo la sobreventa, lo que no significa, ni mucho menos, que vayamos a
entrar de forma inmediata en una mercado alcista. El gran dibujo sigue siendo el
de una economía llena de temas pendientes de resolución y el de unos mercados
financieros inestables, con turbulencias recurrentes. Pero, como pasó con el
LTRO o con otros avances positivos, ahora toca celebrar un poco el hecho
de que la banca española vaya a poder reestructurarse de forma más o
menos ordenada.
Pensamos que los cuestionados líderes europeos,
una vez más al borde del precipicio, darán a lo largo de junio algunos pasos en
la buena dirección, y sabrán manejar con el menor daño posible el escenario
electoral que salga de las elecciones griegas.
Esta semana
tenemos vencimiento trimestral de futuros y opciones, lo cual siempre
mueve el mercado. Pero tras un trimestre tan intenso, apostaríamos más bien, aun
a riesgo de equivocarnos, por una continuidad de las alzas para esta semana,
aunque tal vez más moderadas.
Nos mueve a ello el ya mencionado giro que
se ha producido en los bonos alemanes, así como la situación del futuro
del S&P, que ha rebotado justo en los niveles críticos de la media de
las doscientas últimas sesiones, cerrando el pasado viernes en los 1.329 puntos,
es decir, cómodamente por encima de los 1.300, y también el rebote del
euro frente al dólar.
Dados los niveles de sobreventa a
los que se había llegado, que solo se han corregido parcialmente la semana
pasada, nuestra idea es que podrían seguir cerrándose posiciones cortas,
provocando subidas adicionales, si bien, a nuestro juicio, moderadas.
Juan Carlos Ureta |
Presidente de Renta 4 |
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