Al final la semana pasada, que era la de vencimiento trimestral de opciones y
futuros, ha sido una semana con poco movimiento en los índices.
Las Bolsas empezaron la semana tibiamente, por los malos datos procedentes de la
economía china, se animaron el jueves, al calor de un buen dato
americano de ventas minoristas en febrero, y volvieron a
recortar el viernes, en la sesión de cierre semanal. El recorte
del viernes se debió, en parte a los temores de nuevas turbulencias en la zona
euro, con el rescate de Chipre como telón de fondo, y en parte
al mal dato de confianza del consumidor americano de la
Universidad de Michigan, que indica que la cautela sigue
presente en la actitud de las familias norteamericanas, pese a todos los
esfuerzos de la FED.
Así, el S&P subió un 0,6% el Dow un 0,8% y el Dax un
0,7%, mientras el Ibex 35 y
el Eurostoxx 50 retrocedían un simbólico 0,1%. En Asia el Nikkei logró una nueva subida del 2,2% con lo que desde uno de
enero ya sube más del 20%, pero otros índices como el Kospi
coreano(-1%), el Sensex indio (-1,3%) o el Shanghai
Composite (-1,7%), sufrieron recortes.
Esto podría estar
indicando un cierto cansancio de las Bolsas, tras las
fortísimas subidas acumuladas en lo que va de año. Además de la ya indicada
subida de más del 20% del Nikkei, las plazas norteamericanas suben desde
principio de año en el entorno del 10% y en Europa el Dax, el
Ibex y el Cac suben más del 5% desde enero, y solo está en negativo en el año la
Bolsa italiana.
Si analizamos los factores de impulso de estas subidas,
al final el peso de los Bancos Centrales es determinante y el
mejor ejemplo de esto es Japón. Los datos económicos están
siendo mixtos, no malos, pero tampoco excepcionales, y los resultados
empresariales denotan que las empresas sufren en sus cuentas el peso de una
crisis prolongada, aunque algunas han sabido
reducir deuda y ajustar costes muy bien, y serán ganadoras. Seguimos viendo
sorpresas negativas, como la de Pescanova esta última semana, y
aunque hay que insistir en que la mayor parte de las empresas están haciendo sus
deberes, la sensación es que aún veremos muchos ajustes.
En este
contexto, lo que podríamos llamar la "Gran Apuesta" de los Bancos Centrales
cobra más importancia que nunca. La apuesta es que si se estabilizan y se animan
los mercados financieros, la economía real responderá y se
reactivará, es decir, vendrá la tan deseada expansión y el tan deseado
crecimiento. Hasta el momento, hemos visto como las Bolsas se
han animado mucho, y como los mercados de bonos han mejorado
muchísimo, al extremo de que incluso los "bonos basura" se colocan muy
fácilmente y a tipos de interés anormalmente bajos. Este
renovado apetito por los bonos de alto riesgo es en nuestra opinión uno de los
elementos más inquietantes del rally que han vivido los
mercados desde enero.
Parece que los inversores han comprado la idea de
que hay una "garantía ilimitada" de los Bancos Centrales y que
nada pasará. Ahora queda por ver si los agentes de la economía real, familia y
empresas, compran también esa tesis y se lanzan a gastar y a
invertir. Y ahí las dudas surgen, porque se observa como en
realidad los riesgos siguen presentes. Un ejemplo muy claro es el
rescate de Chipre, imponiendo recortes a los titulares de
depósitos. Otro ejemplo es lo que pueda pasar en
Italia. Otro ejemplo es la incógnita sobre cómo terminara el
llamado "precipicio fiscal" americano. Otro es la evolución de
la economía china.
Por eso tiene especial interés la
reunión de la FED de esta semana, en la que previsiblemente
Bernanke volverá a poner toda la carne en el asador,
transmitiendo garantía plena sobre las inyecciones "ilimitadas" de dinero por la
FED, y tiene aún más interés ver cómo reaccionan los inversores
a esos mensajes.
Lo normal, por el momento, sería que siga habiendo una
fe ciega en la capacidad de la FED para reactivar la economía manteniendo los tipos muy
bajos, pero estamos en un momento especial, en el que los índices
americanos baten máximos históricos (el Dow batió su
máximo de 2007 la pasada semana y el S&P cerró a solo dos
puntos de su récord histórico el pasado jueves) y en el que hay indicios de que
la inflación empieza a subir, tras el dato de IPC americano de
febrero conocido el pasado viernes, que indica un fuerte repunte al subir 0,7%
en el mes. Por tanto, tal vez los propios mensajes de Bernanke sean algo más matizados en esta ocasión, o tal vez la
lectura de los inversores empiece a ser más exigente, demandando cada vez más
para mantener el giro hacia las inversiones de riesgo.
Además de la
reunión de la FED, en Europa tenemos las encuestas IFO y
ZEW, que siempre mueven a los mercados, y
debemos estar atentos a las evoluciones en Italia y a las consecuencias del
rescate a Chipre, que tiene la novedad de hacer una quita a los
depositantes de los Bancos chipriotas, lo que podría ser
interpretado como un precedente para otros casos, generando inquietud. En
Asia hay que ver si el Nikkei tiene fuerza
para seguir con su racha de máximos históricos y hay que ver lo que nos van
diciendo los datos sobre la economía China, cuya desaceleración es otra de las
grandes amenazas que pesan sobre los mercados este año.
En definitiva,
tras los récords recientes, que incluyen los diez días seguidos de subidas
consecutivas del Dow Jones, algo no visto desde 1996, parece recomendable dejar
pasar algunas sesiones para tomar un poco de distancia y ver cómo reaccionan los
mercados a los riesgos latentes.
Mientras tanto,
pensamos que sigue siendo una buena idea proteger la cartera a
través de la compra de opciones
put que ahora están baratas, por la muy baja
volatilidad y por las fuertes subidas.
Presidente de Renta 4 Banco
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