De nuevo ha funcionado bien nuestra apuesta de
hace cuatro semanas en favor del dólar. El
Nikkei, al que dedicamos el Gráfico
semanal de hace quince días, ha acusado las dudas que suscita la política de
Abe y ha cedido un 0,8% en la semana, confirmando nuestras
reservas a medio plazo sobre el experimento japonés. En cuanto a nuestro valor de la semana pasada, Royal Bank of
Scotland (RBS), parece querer estabilizarse en torno a las 3,2 libras,
tras la fuerte caída experimentada.
Pero esta última semana el
protagonista ha sido Twitter, con su agitada pero muy exitosa
salida a Bolsa. Obsesionada con evitar los problemas que sufrió
Facebook en su salida a Bolsa en mayo de 2012, Twitter decidió
salir en la Bolsa de Nueva York, en lugar de en el
Nasdaq, y cuidó al máximo el precio de salida, para evitar el
desplome inicial que tuvo Facebook.
Tal y como se ve en el gráfico, el
esfuerzo ha dado sus frutos y las acciones de Twitter subieron
de forma inmediata, nada más salir a cotizar, desde los 26 dólares en los que se
fijó el precio de la colocación hasta casi 50 dólares. A partir de ahí, y tras
un proceso de distribución a precio alto que es muy evidente en
el elevado volumen de transacciones de los
primeros momentos (el Gráfico adjunto incorpora en la parte de abajo el volumen
de negociación) la cotización del valor se fue deslizando a la
baja, tanto en la primera sesión como en la segunda, hasta cerrar el pasado
viernes en 41,65 dólares con una bajada en la sesión del
7,2%.
La pregunta es ¿a partir de ahora, qué? Twitter es un
modelo de negocio bastante singular, incluso en comparación con
Facebook o con Google, ya que no son tan obvias como en otros
casos las posibles líneas de ingresos vía publicidad y hay quien no tiene ni
siquiera clara la propia permanencia en el tiempo de la "moda" Twitter. Pero
estas dudas no son nuevas y ya se han producido antes respecto a compañías que
luego han sido un éxito. Hay que recordar que a fines de los noventa, cuando los
fundadores de Google, Larry Page y Sergey
Brin, acudían a los inversores para sus primeras rondas de
financiación, alguno de ellos les preguntaba con escepticismo y
con cierto punto de burla si de verdad creían que alguna vez iban a obtener
ingresos con el buscador que estaban lanzando. Todo un ejemplo
de predicción por parte de aquellos inversores.
Pese a
los intentos por diferenciarse de Facebook, que en parte han dado sus frutos,
como antes decíamos, a la hora de valorar la inversión en
Twitter nos pasa algo parecido a lo que nos pasó con Facebook tras su salida a
Bolsa. En el Gráfico
semanal de 21 de mayo de 2012, cuando Facebook acababa de salir a
cotizar y su precio estaba, tras una caída inicial, ligeramente
por debajo de 40 dólares por acción, decíamos literalmente que "nos
abstendríamos hoy de comprar acciones de Facebook hasta que su precio refleje de
forma más comprensible su verdadero valor". Efectivamente el precio de las
acciones de Facebook cayó hasta niveles de 20 dólares, a fines
de 2012, si bien a partir de agosto de este año ha protagonizado una
espectacular subida que ha llevado la acción a 47,5 dólares.
Pues bien,
en Twitter esperaríamos con paciencia a que se asiente el
valor. Nos gusta Twitter y, pese a las lógicas dudas que
algunos analistas han expresado sobre su modelo, apostamos
claramente por su futuro y valoramos el enorme talento que han acreditado
quienes dirigen la compañía, talento que para cualquier empresa es la mejor
garantía de valor futuro. Pero nos gustaría comprar en niveles
más próximos al precio de salida o incluso por debajo, a 20 dólares, y por ello
no tendríamos ninguna prisa en comprar a los precios actuales, a los que
seríamos más bien vendedores.
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GRÁFICO DE TWITER EN SUS DOS
PRIMERAS SESIONES DE COTIZACIÓN (INCORPORANDO VOLUMEN DE
NEGOCIACIÓN)
Por Renta 4 Banco
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