La alegría desatada en las bolsas desde inicio de septiembre ha
conseguido cambiar el sentimiento de los inversores hasta
niveles preocupantes. En el caso de la bolsa
española el IBEX 35
se ha revalorizado prácticamente un 30%, pero algunos valores de baja
capitalización y bajo precio unitario de cotización
(conocidos como chicharros) han incluso doblado de
precio.
Cuando la euforia desmedida llega a los chicharros,
conviene estar alerta ante excesos en las cotizaciones que nada
tienen que ver con la evolución fundamental de las empresas y que pueden acabar
dando serios disgustos a los inversores más osados o más ingenuos. En ciclos
anteriores, la fase de fuertes subidas de este tipo de valores
solía indicar que el fin de la fase alcista estaba
cerca.
Un ejemplo de dichos síntomas de euforia desmedida es la evolución
de la cotización de Service Point Solutions (SPS) durante las últimas semanas. El valor de
la compañía subió en menos de tres meses hasta escalar un 350%, sin que
existiera ninguna razón fundamental conocida que lo
justificase, salvo la posible refinanciación de su
deuda.
El 24 de octubre anunció la presentación del preconcurso de
acreedores ante la imposibilidad de refinanciar la
deuda, cayendo la cotización de la acción un 58%. Con todo, la
cotización actual se sitúa en el mismo nivel que tenía al inicio de septiembre,
y un 50% por encima del nivel de finales de agosto.
El caso de
SPS es sólo un ejemplo de euforia desmedida que aporta valiosas
enseñanzas:
- Es un error bastante generalizado considerar que una
empresa está barata simplemente porque el valor unitario de una acción es muy
inferior a un euro. Aunque sea una obviedad, una empresa es
igual de barata o de cara a 0,12 € que a 12 € con un número de acciones 100
veces inferior.
- Es peligroso sumarse a la fiesta de la subida de la
cotización de una acción si no existen argumentos fundamentales sólidos. El
planteamiento inversor "si sube por algo será" suele acabar mal o muy
mal.
- Un cierto número de compañías cotizadas se
encuentran en una difícil situación debido a su elevado endeudamiento. El
inversor debe ser consciente del riesgo que asume invirtiendo en este tipo de
compañías: muchas veces se ignora. Si logran refinanciar sus deudas posiblemente
experimenten fuertes subidas en el corto plazo, pero dicha
inversión no está exenta de elevado riesgo.
De momento, la subida en
valores pequeños no es generalizada, pero los inversores deben
ser extremadamente cautelosos al invertir su dinero en este tipo de empresas, no
dejándose llevar por parámetros tan engañosos como la cotización de cada acción
sin tener en cuenta el número de acciones o la situación
financiera de la empresa.
Director General de Renta 4 Banco
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