La primera semana de noviembre se ha movido entre dos grandes noticias, ambas
bastante inesperadas. La primera es la rebaja de tipos del BCE
del jueves y la segunda es la fortaleza de la economía
americana que mostraron tanto el dato del PIB
americano del tercer trimestre, que subió el 2,8%, la mayor subida del año, como
el informe de empleo de la economía americana en octubre, que
se publicó el viernes. Ambas noticias, y la reacción de los
inversores ante ambas, alimentan la controversia a la que
aludíamos la semana pasada ("¿Es malo el exceso de liquidez?") entre los partidarios de la
expansión cuantitativa y sus detractores.
La primera
noticia, la rebaja de tipos por el Banco Central Europeo, conecta con los temores crecientes de
deflación en la zona euro, agravados por el
dato de inflación de octubre de la eurozona,
una tímida subida de precios del 0,7% con tres países, entre ellos
España, marcando precios a la baja. Es obvio que el BCE trata
de evitar que la deflación siga avanzando. Pues bien, la primera reacción de las
Bolsas fue muy positiva, pero al poco tiempo se dieron la
vuelta hacia abajo evidenciando que la segunda lectura de la decisión del BCE
genera temores. La idea es que si la bajada de tipos al 0,5% y
los sucesivos LTRO o similares que el BCE ha puesto en marcha
en los últimos años no han dado resultado, no parece tan claro que ahora una
bajada adicional de un cuarto de punto vaya a funcionar. Máxime cuando el
viernes la agencia de calificación S&P
rebajaba el rating a Francia
basándose en que la subida de impuestos puede mermar el crecimiento
económico de la segunda economía de la zona euro y anunciaba que, en su
opinión, los Bancos de la zona euro necesitan 95.000 millones
de euros más de capital.
Tras la caída de las diversas Bolsas europeas
del jueves y del viernes, en el conjunto de la semana el Eurostoxx
50 ha bajado medio punto porcentual y el Ibex 35
español y el Mib italiano han bajado un punto porcentual. El
Cac ha perdido un 0,3% en la semana. Solo el
Dax alemán se ha salvado, al subir un 0,8% semanal, ya que la
bajada del euro se supone que va a beneficiar, sobre todo, a
las exportaciones de las empresas alemanas. Vemos por tanto una
reacción de duda ante el nuevo y anticipado movimiento del BCE.
La
segunda gran noticia de la semana, la del buen tono de la economía
norteamericana, es de signo contrario, y lo que estaría indicando es que la
economía americana parece estar saliendo ya de la crisis. Si
así fuera la FED tendría bastante que ver en ello, pero lo
interesante es que la FED parece no contentarse con lo ya
conseguido, sino que quiere más.
En concreto el pasado miércoles la
prensa se hacía eco de los informes presentados por analistas
de la FED en unas jornadas patrocinadas por el FMI. En esos
papeles de trabajo se sugería la posibilidad, en base a un modelo de proyección
que utiliza la FED llamado "optimal scenarios", de que
no se suban los tipos de interés hasta que el paro esté en el
5,5% en lugar de en el 6,5% (objetivo de la FED desde octubre de 2012) y hasta
que la inflación no suba al 2,5%. La tesis es que, si esto se consigue, entonces
la recuperación económica será mucho más sólida. Si se siguiese esta línea de
pensamiento, el "tapering" podría posponerse hasta el 2017. El
comentario de que Janet Yellen es al parecer una seguidora fiel
del modelo "optimal scenarios" determinó una subida de las Bolsas
en la sesión del miércoles ante la expectativa de que los tipos cero y la
QE se prolongasen.
Aunque la subida del miércoles se vio
ensombrecida el jueves por la ya mencionada interpretación que los
inversores hicieron de la decisión del BCE de bajar los tipos
al 0,25%, al final el Dow Jones ha subido el 1% en la semana, y
el S&P el 0,5% quedando el Nasdaq en tablas, con lo que de
nuevo el Dow y el S&P se sitúan en máximos históricos de todos los
tiempos.
En Asia las Bolsas han tenido en general peor
comportamiento, perdiendo el Nikkei un 0,8% en la semana, y más
del 2% la Bolsa india, el Kospi coreano y el Shanghai
Composite. A lo largo de este fin de semana se han publicado varios
datos interesantes en China que tal vez puedan animar a las Bolsas asiáticas las
próximas jornadas, aunque es dudoso. La inflación china ha repuntado una décima
en octubre, situándose en el 3,2%, la producción industrial
también ha subido una décima, al 10,3%, y las exportaciones han repuntado
fuertemente en octubre.
Nos encontramos así con una Europa que amenaza
deflación, pese a los esfuerzos de Draghi, mientras que en
EEUU y en China la economía parece despertar,
gracias a los estímulos monetarios de la FED y a la permanente
política de gasto de los dirigentes chinos. Sin embargo los inversores no ven
del todo claro el proceso de tipos cero y de expansión monetaria ni en la zona
euro ni en Japón, pero al parecer son más positivos con las
decisiones y estrategias de la FED, al menos por el momento.
Europa,
EEUU, Japón y China tienen, cada uno a su manera, economías "dopadas" y, como
decía esta semana el historiador Niall Ferguson, todas
necesitan "rehabilitación", pero la diferencia es que en EEUU el "doping" parece
al menos estar funcionando, y en los restantes casos no está claro.
En
este contexto, Janet Yellen habla el jueves, en su audiencia para su nominación
ante el Senado, y hay más intervenciones de miembros de la FED
a lo largo de la semana. Vamos a seguir comprobando en qué medida la FED
disfruta o no del beneplácito de los inversores, ya que hay señales de que los
llamados "optimal scenarios" no gustan a todo el mundo, ya que el
pasado viernes vimos una fuerte subida de los tipos de los
bonos con el tipo del T bond de nuevo al
2,75%.
A la vez, se acaba ya la temporada de resultados con Wal
Mart, Cisco y algunas europeas como
Vodafone o E.ON presentando sus cifras. Cifras
que en el conjunto de las compañías que han presentado sus resultados no han
sido malas, aunque tampoco acreditan una mejora clara.
El miedo ha
desaparecido totalmente de los mercados financieros, la FED va
a seguir inyectando sus 85.000 millones de dólares al mes, el Banco de
Japón sus 55.000 millones de dólares al mes, y el BCE no ha dicho la
última palabra con su bajada de tipos al 0,25%, y en algún momento anunciará un
nuevo LTRO. El pensamiento "oficial" complaciente con la
expansión monetaria cuantitativa está firmemente anclado en la opinión de unos
inversores que no ven problemas en el horizonte.
Pero lo anterior no debe
hacernos olvidar que los niveles actuales de las Bolsas, sobre todo de las
americanas, solo se justifican bajo la hipótesis de un crecimiento
económico muy elevado en los próximos años o de una subida adicional de
los márgenes empresariales, que están ya en sus máximos de las últimas
décadas.
En ese contexto, la reacción de las Bolsas europeas el jueves y
el viernes al recorte de tipos del BCE y la persistente debilidad del Nikkei
pese a la agresiva expansión monetaria en Japón, son un recordatorio claro de
los límites de las políticas monetarias para generar
crecimiento por sí solas, sin el acompañamiento de cambios de
fondo en la economía y de una limpieza efectiva de los balances.
Presidente de Renta 4 Banco
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