El bund alemán, al que dedicábamos nuestro Gráfico de la semana pasada, por su simbolismo como referencia
de los bonos soberanos, bajó ligeramente hasta los 142 puntos al inicio de la
semana, pero remontó posiciones para cerrar a 143,73 al cierre del viernes,
acreditando así de nuevo su característica como activo
"refugio" en medio de turbulencias. Característica que era precisamente
la que nos movía a apostar por el bund recomendando comprarlo aprovechando
posibles caídas. Seguimos pensando que en los próximos meses es bastante
probable que veamos de nuevo situaciones de incertidumbre, por lo que comprar el
bund alemán aprovechando caídas que aproximen su precio a los 140 puntos nos
parece una buena idea.
Hoy vamos a fijarnos en otro de los tradicionales
activos refugio, el dólar estadounidense. El Gráfico que
adjuntamos muestra claramente como hace un año, en plena turbulencia de los
países periféricos de la zona euro, sobre todo de
España e Italia, el dólar mostraba una gran
fortaleza frente al euro, llegando casi en julio pasado a niveles de 1,20
dólares por euro. La promesa de Draghi a fin
de julio de apoyar al euro y el anuncio por el BCE el 6 de
septiembre de su famoso programa de compra de bonos periféricos en el mercado
secundario (OMT) dieron un vuelco a la situación de desconfianza sobre el euro,
que inició una subida prolongada desde agosto, llegando a aproximarse al nivel
1,40 a fin de enero.
En febrero y marzo, sin embargo, el dólar recuperó
fuerzas, hasta llegar a los 1,27 dólares por euro, al calor del buen
comportamiento de la economía norteamericana y de una posible finalización
anticipada de la llamada QE3 de la Reserva
Federal, a la vez que se complicaba la situación de la zona euro tras
las elecciones italianas, el rescate de
Chipre, y el mal dato del déficit público de
2012 en España.
Pero de nuevo a partir de abril el dólar empezó a perder
posiciones frente al euro, debilidad que se ha agravado en los últimos días y,
en ello, a nuestro juicio, puede tener mucho que ver la agresiva y discutible
decisión del Banco de Japón del 4 de abril cuyo objetivo es
inundar el mundo de yenes, para facilitar las
exportaciones niponas por la vía de la devaluación del
yen. Las ondas expansivas y las derivadas últimas de esa decisión del
nuevo Gobernador del Banco Central japonés, Kuroda, tardarán en
verse con claridad, pero hoy, solo dos meses después, es ya muy claro que el
primer resultado de esa decisión es haber creado un gigantesco desorden en los
mercados de activos. Primero fue el desplome del
oro en abril, luego el sube y baja del Nikkei
en mayo y ahora el turno le ha llegado al yen y por derivación a las restantes
divisas. A la vez que se tambalean las Bolsas
y las divisas emergentes.
A nuestro juicio hay que leer la reciente
debilidad del dólar frente al euro en función de esas ondas expansivas de la
discutible decisión de Japón de apartarse completamente de la ortodoxia
monetaria. Es probable que quienes hace dos meses compraron activos en
dólares para aprovechar el carry y de paso especular contra el yen estén ahora
deshaciendo posiciones de forma nerviosa ante la súbita e inesperada subida del
yen. O tal vez sea otro el mecanismo que, en conexión con lo que está sucediendo
en las divisas emergentes, impulsa al dólar a caer. En
cualquier caso todo indica que es un mecanismo alejado de los fundamentales y
derivado de la nueva alquimia monetaria que pretenden algunos Bancos
Centrales.
Seguimos pensando que la tendencia de fondo del dólar
frente al euro es alcista, por lo que aprovecharíamos la fase actual de
debilidad para tomar posiciones compradoras sobre el dólar, vendiendo
futuros euro/dólar a partir de estos niveles cercanos a 1,35 dólares
por euro.
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GRÁFICO DE LOS FUTUROS DEL EURO/DÓLAR EL ÚLTIMO
AÑO
Por Renta 4 Banco
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