Tras la semana anterior, en la que las Bolsas, en general,
sufrieron caídas motivadas por la preocupación sobre el crecimiento
económico, esta semana, curiosamente coincidiendo con la confirmación
de esos temores sobre la debilidad de la economía, las Bolsas han rebotado
al alza con fuerza.
En particular, varias Bolsas europeas (Ibex, Dax,
Mib...) han subido casi un 5% en la semana, la mayor subida
semanal en varios meses, siendo así que los PMI preliminares de
la eurozona y de los países que la integran, que se publicaron el martes,
indican que persiste la contracción económica, y pese a que el
jueves supimos que España tiene ya 6,2 millones de
parados y Francia 3,2 millones de parados. En el caso de
EEUU, tras varios datos más bien tibios, supimos el viernes que
su PIB ha subido sólo un 2,5% en el primer trimestre, menos del
3% esperado, y supimos también que la confianza del consumidor, medida por la
Universidad de Michigan, ha descendido en abril. Pese a ello el
S&P
cerraba la jornada con una subida semanal del 1,7% lo que le lleva ya a subir en
el año un 11%. En Asia el Nikkei
acumula desde el uno de enero una subida del 33,5% tras subir de nuevo más del
4% en la semana. El único contrapunto lo puso la Bolsa de
Shanghai al bajar un 3% en la semana.
La lectura que
curiosamente han hecho los mercados es que la debilidad de la economía va a
forzar a los Bancos Centrales a moverse de nuevo, bajando los
tipos e inyectando más dinero, y eso explica tanto la subida de las Bolsas como
la caída de los tipos de interés en los bonos largos de calidad
y la mejora de las primas de riesgo de los bonos soberanos
periféricos. El T bond americano cerró la semana en el 1,66% y
el bund alemán en el 1,2%. A la vez la prima de riesgo
española llegó a caer por debajo de los 300 puntos, e incluso se
mantuvo en 307 puntos tras el reconocimiento expreso del pasado viernes de que
el déficit irá peor de lo esperado en los próximos años. Todo
esto lo guía la enorme liquidez existente, y la que se espera,
y por ello suben también de forma simultánea las materias
primas, habiendo recuperado el oro un 4% la pasada semana.
Lo
inquietante de este enfoque de las Bolsas es que supone, una vez más, una
disociación entre lo financiero y la economía real, disociación que estuvo en el
origen de la actual crisis, cuando entre los años 2005 y 2007
los mercados financieros se apartaron de su función de asignar
correctamente los recursos. La tesis ahora es que la buena situación de los
mercados financieros se trasladará a la economía real, pero hoy
por hoy esa tesis no deja de ser una expectativa, un deseo. Si al final la
expectativa no se cumple, podemos estar incubando de nuevo una situación similar
a la de los años previos a 2007.
Es muy difícil en este momento tomar una
postura contraria a las tesis de los Bancos Centrales. Si
Bernanke está convencido de que su modelo va a funcionar es
difícil ponerse en contra, y de hecho lo que piensa el mercado es que mientras
se mantengan las "QE" las Bolsas no van a caer. Algunos piensan
incluso que seguirán subiendo casi sin límite.
En cualquier caso tenemos
que seguir tomando decisiones de inversión en este entorno tan
lleno de interrogantes. Esta semana además de las reuniones de
la FED, del BCE y del Bank of
England veremos los últimos resultados empresariales
del primer trimestre, con muchísimas compañías dando sus cifras. Hasta ahora el
69% de las compañías del S&P que han publicado datos han superado las
estimaciones de beneficios pero sin embargo un 58% se han
quedado por debajo de las estimaciones de ventas. Esto indica dos cosas. La
primera es que las empresas notan, como no podía ser menos, la crisis, ya que
venden menos. La segunda es que están sabiendo adaptarse a un escenario de
menores ventas. El problema, a futuro, es que si no crecen las
ventas tampoco podrán crecer los beneficios, una vez absorbido el impacto
positivo de la rebaja de costes.
A nivel macro, se
publica el próximo viernes el informe de empleo de abril en la
economía norteamericana, y antes, también en EEUU, los ISM de
manufacturas y de servicios y en China y en la zona euro las
cifras definitivas de los PMI. Lo normal es que se confirme la
desaceleración.
Parece prudente esperar a que la
polvareda levantada por el Banco Central de Japón, que ha
sacudido a todos los mercados, se vaya asentando, y esperar a ver qué decisiones
toman y qué mensajes transmiten en sus reuniones de esta semana la FED y el BCE.
Seguimos siendo partidarios de incrementar la renta variable de
calidad en las carteras, pero con varias Bolsas en niveles máximos y con la
Bolsa española teniendo que digerir las sombrías
perspectivas dadas por el Gobierno el pasado viernes es difícil
encontrar buenos valores a buenos precios y por eso nos parece mejor no
precipitarse a entrar en este momento. Seguiríamos trabajando con opciones tanto en la toma de posición como en las
coberturas.
Presidente de Renta 4 Banco
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