Un año más el Tesoro Púbico ha logrado cumplir sus objetivos de financiación
colocando más deuda pública (letras, bonos y obligaciones) a
menor tipo de interés. Aunque sólo están
disponibles los datos hasta fin de noviembre, las conclusiones apenas variarán
respecto al análisis del ejercicio completo.
No tardará en pregonarse el
éxito del Tesoro. El tipo efectivo medio de las emisiones
realizadas en 2013 se situó en apenas el 2,50%, el menor tipo de los últimos
veinte años, con la excepción de 2009 cuando el tipo medio fue de 2,15%. Así, se
ha logrado que el tipo de interés de la deuda en circulación se sitúe en apenas
el 3,74%, frente al 4,07% de 2011 o al 4,52% de 2007.
Los bajos tipos de interés de la deuda
pública son una magnífica noticia, aunque se debería ser consciente de que
en algún momento subirán: por la propia recuperación económica
y por el creciente volumen de la deuda en circulación. Cuando esto suceda, la
carga de los intereses será una losa que detraerá recursos de otras partidas de
gastos públicos.
Pese a la buena noticia que supone los ínfimos tipos de
interés pagados, el volumen de deuda pública no deja de crecer. Los mensajes
oficiales que remarcan el éxito de la reducción del déficit
público, se suelen olvidar de recordar que aunque el déficit disminuya,
la deuda pública aumenta en la cuantía en que lo hace el déficit. Así, la deuda
pública del Estado ha pasado de 307 mil millones de euros en 2007 a más de 754
mil millones de euros a noviembre de 2013. Todavía seguirá incrementándose en
los próximos años.
Volumen de Deuda
Pública
Aunque todavía no se haya publicado la estrategia de financiación del
Tesoro para 2014, el déficit previsto del 5,8% implicará un incremento de las
necesidades de financiación de cerca de 60.000 millones de euros, adicionales a
los vencimientos por un importe en torno a 140.000 millones de euros.
El
incremento de la deuda pública de 2013 ha sido absorbido por las entidades de
crédito, que han incrementado su tenencia de deuda soberana en
18.000 millones de euros, y por los inversores no residentes, compradores netos
de 28.000 millones de euros.
En 2014 la financiación del Tesoro
dependerá, más si cabe, de los inversores extranjeros. De acuerdo con los
mensajes del BCE, no llevará a cabo nuevas "barras
libres de liquidez" si sólo sirven para financiar la compra de
bonos soberanos por parte de los bancos. Además, es previsible que en
los test de estrés de la banca europea que tendrán lugar en el nuevo año, se
penalice o limite de alguna forma el volumen de deuda pública en los balances
bancarios. Por tanto, no es esperable que las entidades de crédito vayan a
incrementar significativamente el volumen de deuda soberana en
cartera.
No se debería dar por sentado que ningún acreedor incrementará
su exposición a un deudor de forma permanente. La percepción de los inversores
extranjeros sobre la deuda soberana de un país no es una excepción. A día de hoy
los inversores extranjeros siguen confiando, subasta tras subasta, en la deuda
soberana española, pero cuando más se incremente el volumen de deuda, más
difícil será mantener dicha confianza y además a unos tipos de financiación
históricamente bajos como los actuales.
La deuda pública española
acabará el año el 94,2% del PIB, aumentándose dicho ratio hasta
el 98,9% en 2014, si no hay desviaciones al alza. Con los bajos tipos de interés
actuales parece preocupar poco el nivel de deuda público alcanzado. Cuanto más
elevado sea el nivel de la deuda pública, más elevadas son las posibilidades de
un accidente en el futuro. De momento es justo reconocer que el Tesoro ha
superado con nota sobresaliente el año 2013. Ahora toca afrontar el 2014. Ojalá
tenga el mismo éxito.
Director General de Renta
4 Banco
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