Fue acertada nuestra apuesta de la
semana pasada sobre Telefónica, apuesta que sugeríamos
articular bajo la fórmula de vender opciones put con precios de
ejercicio 10 euros o 9,5 euros y con vencimiento diciembre. Tras la subida
semanal de Telefónica de un 5,5% de esta primera semana de septiembre,
mantendríamos esa posición, que ha ido bien, pero que esperamos
nos vaya dando todos sus frutos a medida que pase el tiempo.
Hoy vamos a
fijarnos en la curiosa reacción que las Bolsas
tuvieron el pasado viernes, tras conocerse el informe de empleo
de la economía norteamericana en agosto. Tal y como se ve en el Gráfico adjunto,
el Dow Jones (y lo mismo podría decirse del
S&P y de las plazas europeas) cayó fuerte y rápidamente en
su primera reacción tras publicarse el informe, pero casi a continuación
recuperó toda la caída casi con igual velocidad, para finalmente ceder
ligeramente en los momentos finales de la sesión de cierre semanal.
El
gráfico del Dow Jones del pasado viernes es, sin duda, una
fotografía del desconcierto de los inversores, un reflejo de la
desorientación, un retrato de la confusión de los mercados. Tras cinco años
largos de intervenciones monetarias masivas, cuyo éxito ha sido
evitar la Gran Depresión a cambio del peaje de distorsionar masivamente los
precios de los bonos del Tesoro y los tipos de largo
plazo en general, los inversores no saben muy bien si es mejor un
crecimiento débil con ayudas continuadas de la FED o un
crecimiento fuerte en el que desaparezcan las ayudas de la FED. Y por eso no
saben muy bien si prefieren que se cree mucho empleo o poco empleo.
En la
primera reacción de las Bolsas ante el pobre crecimiento del
empleo, con una caída vertical tal y como muestra el gráfico, parecería que los
inversores desean que la economía crezca mucho y cree mucho empleo, y por eso
venden ante el mal dato, pero luego parece que valoran más el hecho de que
si el empleo no crece la FED mantendrá su ayuda. Un deseo que
va en contra de la propia esencia de los estímulos monetarios, que es la de
ayudar a la economía hasta que se pueda valer por sí sola.
En nuestro
Gráfico semanal del pasado 3 de junio recomendábamos vender
futuros o comprar acciones put sobre el
Dow, bajo la hipótesis de que este índice, que en aquel momento
estaba por encima de los 15.000 puntos, volvería a situarse por debajo de ese
nivel. Efectivamente en junio el Dow recortó hasta 14.600 pero en julio y
principios de agosto experimentó una fuerte subida hasta los 15.600 puntos. A
partir de ahí de nuevo el Dow ha recortado hasta los 14.922 en los que cerró el
pasado viernes.
¿Volverá el Dow a los máximos históricos
de todos los tiempos que marcó a principios de agosto? Con la amenaza de que la
FED empiece a retirar los estímulos extraordinarios con los que
ha inundado a los mercados en los últimos años, y con los tipos del bono del
Tesoro americano a diez años rondando ya el 3%, lo normal sería que el Dow entre
en una fase correctiva que le lleve de nuevo a los 14.000
puntos del pasado mes de marzo. Pero con unos mercados tan sorprendentemente
faltos de brújula como los que evidencia el Gráfico que hoy traemos a nuestra
sección, cualquier cosa es posible.
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GRÁFICO DE LOS FUTUROS DEL DOW JONES EN LA SESIÓN DE
CIERRE SEMANAL DEL VIERNES 6 DE SEPTIEMBRE:
Por Renta 4 Banco
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