Uno de los ratios más utilizados por los agentes
financieros es el PER, el beneficio de una compañías
entre su capitalización. Es sin duda, un buen inicio de análisis a la hora de
aproximar si una compañía está cara o barata, pero desde mi punto de vista, no
nos debemos quedar ahí.
El beneficio informado por una
compañía tiene importantes decisiones contables hasta alcanzarlo. Véase
depreciaciones y amortizaciones, por ejemplo.
Sin embargo, el cash flow
(o generación de caja) de una compañía es más difícil de manipular, en tanto en
cuanto el final se traduce en incremento o reducción de deuda o
tesorería.
El cash flow es la caja que genera un negocio
y muestra la capacidad que tiene una empresa o negocio de generar recursos a sus
accionistas.
Lo primero que tiene que demostrar un negocio o empresa es
si es capaz de obtener beneficio en sus operaciones ordinarias. Es decir, que
los ingresos operativos por sus ventas sean
superiores a sus costes operativos. De ahí sacamos el
EBITDA (Earnings Before Interest Taxes Depreciation
Amortization) o beneficio operativo.
Para calcular el cash flow, una vez
conocido el EBITDA, debemos obtener el resultado de las operaciones del activo
circulante (que puede ser positivo o negativo), el capital
invertido, los gastos o ingresos financieros (pago de
intereses de la deuda o ingresos por intereses de la tesorería) y los
impuestos a pagar por el beneficio obtenido.
El
dividendo que posteriormente paga la empresa es opcional, pero
si se paga más dividendo que la generación de caja descrita en el anterior
párrafo, podemos decir que una parte del dividendo se está pagando a costa de
incrementar la deuda o reducir la tesorería de la empresa, y
viceversa.
Existen en estos tiempos de crisis ejemplos fabulosos de
compañías que aparentemente están baratas, pero que no generan caja. El sector
constructor español por ejemplo, contabiliza ventas que la
Administración Pública dejaba a deber, por lo que el activo
circulante incrementaba de manera notable y el cash flow se reducía de la misma
manera.
Otras compañías que según el ratio PER están caras, demuestran a
través de su generación de caja que el negocio va mucho mejor de lo que
aparentan sus números. Son los casos de Inditex o Amadeus, compañías que cotizan a ratios PER exigentes, pero
que generan mucha caja todos los meses, que le permiten incrementar el dividendo
abonado a sus accionistas, sin necesidad de incrementar la deuda.
En
cualquier caso, no hay una regla de tres exacta, cada empresa y negocio hay que
estudiarlo con sus características particulares. Existen negocios en los que no
se genera caja durante un determinado periodo de tiempo, porque están inmersos
en un proceso de inversión, pero que al cabo del tiempo se traduce en una
generación de caja considerable. O al revés, negocios que generan mucha caja un
año determinado por ventas de activos o reducción del activo circulante o capex,
pero que no es recurrente en el tiempo.
En conclusión, el valor futuro de
los activos y la generación de caja de la empresa, es la clave para saber cuál
va a ser el futuro comportamiento de los resultados empresariales y por ende, de
las acciones.
Gestor de fondos de Renta 4 Banco
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