Esta tercera semana de octubre hemos podido ver de nuevo algunos de los
comportamientos recurrentes en unos mercados financieros que
solo se preocupan de que siga habiendo dinero abundante. El mal dato de
empleo americano de septiembre, que se publicó a principios de
la semana, con retraso debido al "shutdown" de la administración americana, hizo
subir a las Bolsas precisamente porque no fue un buen dato, ya
que la idea es que ante la debilidad económica la nueva
FED de Yellen desplazará el "tapering" por lo menos hasta abril de
2014. A la vez, la noche del miércoles se publicó un buen dato de PMI de
manufacturas en China, lo que animó aún más a las Bolsas.
Una lectura más pausada del dato chino suscita dudas sobre la sostenibilidad del
crecimiento si se redujesen los estímulos
monetarios y fiscales, pero nadie cree que eso suceda.
Son las consecuencias del nombramiento de Janet Yellen en la Reserva Federal, que garantiza "urbi et orbe" dinero generoso
y sin límite.
Pese a ello, no todas las Bolsas subieron en la semana. En
EEUU hubo subidas, pero suaves (S&P 500
+0,9%, Dow +1,1%), en la zona euro solo subieron Grecia (+2%) y
el Dax (+1,3%) y bajaron con cierta fuerza
Portugal (-3%), Italia (-2%) y España (-1,9%)
y en Asia varias Bolsas, entre ellas la de
Shanghai, la de Seúl y la de
Bombay, pincharon. Pero donde quizás la sorpresa ha sido mayor
es en el Nikkei, con su caída semanal del 3,2% tras malos datos
de comercio exterior. Definitivamente la ya famosa "abenomics"
no acaba de seducir a los inversores, al no abordar la llamada tercera flecha de
reformas estructurales.
Ahora bien, el hecho de que las Bolsas, aunque no
suban, se mantengan en niveles tan altos como los alcanzados tras el
rally que se inició el pasado julio, es en sí mismo muy
destacable. Si miramos los beneficios empresariales, podríamos
decir que no están mal (en EEUU los beneficios de las empresas que han reportado
hasta el momento suben casi un 5% excluyendo a JP Morgan,
afectada por gastos y pérdidas no recurrentes) pero tampoco son espectaculares y
además en la mayor parte de los casos las mejoras se basan en reducción
de costes y no en mayores ventas. En
Europa estamos viendo buenas cifras, pero que en algunos casos,
como el de los Bancos españoles, esconden una peor calidad en los
beneficios.
Estos beneficios empresariales no parecen
justificar los elevados niveles actuales de los índices. Los
resultados empresariales deberían ser realmente muy buenos para soportar los
niveles actuales. Con un PER por encima de 16 veces beneficios
en el S&P
500 y en otras Bolsas, la rentabilidad esperable en
términos de beneficio a retornar a los
accionistas es del 6%, que ciertamente saca tres puntos y medio
a la del bono del Tesoro (T bond americano en
el 2,5%) pero los tipos largos amenazan subida en algún
momento, como ya sucedió en junio tras las palabras de Bernanke
anunciando el luego pospuesto "tapering", lo que hace que la valoración no sea
tan holgada.
Por tanto, las Bolsas están manteniendo niveles altos no por
la sorpresa positiva de los resultados, sino más bien por la expectativa de
continuidad en la política monetaria expansiva.
Por eso
la semana próxima va a ser importante la reunión de la FED de dos días. No se
espera ninguna noticia relevante, pero hay que ver qué dice una FED bastante
dividida en la que algunos miembros empiezan ya a decir abiertamente que cuanto
más se tarde en retirar los estímulos monetarios no solo será más difícil
hacerlo, sino que, además, será peor para la
economía.
Junto a la FED, hay numerosos datos económicos que se publicarán con retraso por
el "shutdown", como el ISM de manufacturas, las ventas
minoristas, el índice Shiller de precios de las viviendas o la inflación de
septiembre.
Y hay también resultados empresariales como los de
Apple, Exxon, General Motors,
Facebook y en Europa algunos Bancos relevantes
como Royal Bank of Scotland, Deutsche Bank,
BNP o UBS, además de otras muchas
compañías.
Los índices están en niveles técnicos importantes. De momento
el Ibex 35 no ha podido superar los diez mil puntos y el
Eurostoxx 50, aunque se ha mantenido por encima de los tres mil
puntos, no ha logrado despegar desde ahí. Pero como siempre el indicador
principal es el S&P y es en el S&P en donde hay que fijarse para ver si
queda o no rally fin de año.
En este sentido, es muy interesante ver cómo
los índices norteamericanos están liderando este ciclo alcista
de las Bolsas a la vez que el dólar cae a mínimos de los
últimos meses, afectado por una creciente desconfianza hacia EEUU, desconfianza
que las recientes discusiones sobre el techo de la deuda y la
solución transitoria dada a esas discusiones no han hecho sino
acrecentar.
La compra de puts, aunque implique un cierto
coste, sigue siendo barata y parece una forma prudente de cubrir los
beneficios acumulados en lo que va de año en la mayor parte de
las Bolsas. Aunque hasta el momento haya sido para protegernos de
riesgos que finalmente no han llegado a suceder.
Presidente de Renta 4 Banco
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