lunes, 29 de octubre de 2012

Ajustes controlados


Pese a algunos buenos datos económicos, las Bolsas no han podido cerrar en positivo la última semana completa de octubre. El S&P ha caído un 1,5% en la semana, el Dow Jones un 1,7%, el Dax y el Cac un 2%, el Eurostoxx 50 un 1,8%, el Shanghai Composite casi un 3%, y el Nikkei un 0,7%. La idea que expresábamos en nuestro último comentario de un agotamiento del impulso que los Bancos Centrales dieron a las Bolsas en septiembre, y de un cierre de octubre en niveles más bajos que los de mediados de mes, parece confirmarse a medida que se acerca el final de un mes siempre temido en Bolsa como es octubre.

Los pobres resultados empresariales del tercer trimestre, con algunos grandes nombres como Google, IBM, Microsoft, Apple o McDonalds, entre otros, pinchando y dando malas previsiones (guidance) para los próximos meses, han contribuido al mal comportamiento de las Bolsas desde mediados de la semana anterior.

Pero las caídas son controladas, suaves, ordenadas. No son caóticas ni responden a movimientos de pánico sino que responden a un análisis sosegado de la situación. Una situación en la que, cinco años después de que todo empezase, y cuatro años después de la quiebra de Lehman, seguimos dando vueltas a los mismos temas y a las mismas preguntas: la reducción de la deuda acumulada, el crecimiento económico futuro en un entorno de ajustes, las reformas del sector financiero, del modelo de bienestar y del sector publico, la refundación del euro. Esa es la agenda hoy, como lo era hace un año y probablemente lo será dentro de un año. Una agenda en la que los Bancos Centrales tratan de conseguir, por el momento con éxito, que el proceso de desapalancamiento sea controlado y no se vuelva caótico. Que la desaceleración no se transforme en Gran Recesión. Que no se rompa el euro.

Esta semana hemos visto algunos resultados de esa actuación de los Bancos Centrales. En Inglaterra el PIB del tercer trimestre creció el 1%, por encima de las previsiones, y en EE.UU. el PIB del tercer trimestre subió el 2%, también por encima de lo esperado. El sentimiento del consumidor americano en octubre, medido por la Universidad de Michigan, se ha situado en niveles máximos de los últimos cinco años, lo que explica que las ventas minoristas en Estados Unidos hayan arrojado muy buenas cifras en los últimos meses. Hay una corriente de buenas noticias en la economía norteamericana.

Sin embargo, las Bolsas recortan ligeramente porque, rota la magia creada en verano por los Bancos Centrales, los inversores se muestran cautelosos. Los beneficios empresariales están mostrando, como era inevitable, la huella de la desaceleración global en las cifras de las compañías, y en la zona euro se comprueba, una vez más que hablar es más fácil que hacer, aunque cuando se habla sea de forma tan contundente como lo hizo Draghi en julio y en septiembre.

Hay cosas que la crisis va dejando claras, para quien las quiera ver. Una de ellas es que a quien hace bien su trabajo le va mejor que a quien no lo hace o lo hace mal. La semana pasada citábamos el ejemplo de Irlanda, que está saliendo, y también vemos en las empresas cotizadas que los resultados y la evolución bursátil reflejan las bondades o las debilidades de la gestión de cada empresa. Reducir deuda, recortar gastos improductivos y reformar lo que funciona mal es la receta que lleva a unos a estar por delante de otros y ésta es la única obsesión que deberíamos tener en España, en lugar de estar obsesionados con el rescate virtual

A nivel global, vemos cierto cansancio en las Bolsas, tras las subidas de septiembre y de la primera parte de octubre. El futuro del S&P cerró el pasado viernes en 1.407 puntos, rompiendo así a la baja el nivel de los 1.420 puntos, que para los analistas técnicos es un soporte relevante, y tras haber perdido en algunos momentos de la sesión del jueves los 1.400 puntos. Son muestras de debilidad del principal indicador bursátil global en una semana en la que, sin embargo, hubo buenas noticias económicas, como hemos visto. Particularmente el viernes, cuando tras un buen dato de crecimiento del PIB americano y un magnífico dato de sentimiento del consumidor de la Universidad de Michigan, las Bolsas americanas no pudieron subir en la sesión.

Abordamos el final de octubre con la sensación de que los inversores no encuentran motivos claros para apostar de forma decidida al alza, aunque muchos siguen pensando que habrá un rally de fin de año. Esta semana vamos a tener un dato clave en el informe de empleo americano de octubre, que se publica el viernes, y que es el último dato de empleo antes de las elecciones presidenciales del martes 6 de noviembre. También será importante el índice Case Shiller sobre el mercado inmobiliario, ya que uno de los argumentos más poderosos de los alcistas es que el sector inmobiliario norteamericano ha tocado ya suelo, opinión no compartida por algunos economistas como el propio Robert Shiller, que piensa que queda una oleada última de recortes de precio. Y, finalmente, otro dato a seguir es el ISM de manufacturas, que conoceremos el jueves, así como la confianza del consumidor del Conference Board, que se publicará el martes.

Tenemos también muchísimos anuncios de resultados empresariales, entre otros Exxon, Total, BBVA, Deutsche Bank o UBS.

Tras las elecciones presidenciales americanas del martes 6, se abrirá de pleno el debate sobre el llamado "precipicio fiscal" (fiscal cliff) que se refiere a los recortes de gastos y subidas de impuestos automáticos si los dos grandes partidos americanos, republicanos y demócratas, no llegan a un acuerdo, y además está el posible cambio en la FED si gana Romney

En definitiva, un escenario que nos sigue moviendo a ser muy selectivos y muy cautos en nuestras políticas de inversión apostando más bien por escenarios laterales o ligeramente bajistas.


Juan Carlos Ureta Domingo
Presidente de Renta 4 Banco

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