lunes, 26 de agosto de 2013

Subida ordenada de los tipos largos, por Juan Carlos Ureta


La tercera semana de agosto ha sido una buena muestra de esa situación tan del agrado de los Bancos Centrales, a la que aludíamos al final de nuestro anterior comentario, en la que lo mejor que puede pasar es, precisamente, que no pase nada. Y, a la vez, una muestra también de lo difícil que es controlar a los mercados.

Si miramos a los principales índices vemos, efectivamente, variaciones muy suaves. El Nikkei ha terminado la semana en el mismo sitio en el que la empezó, el S&P ha subido un 0,5%, el Dax ha subido un 0,3%, el Dow ha bajado un 0,5%, y el Eurostoxx ha bajado el 1%. Pero, sin embargo, también hemos visto en la semana movimientos algo más bruscos en las Bolsas asiáticas excluida la japonesa (Kospi coreano -2,6%, Straits Times de Singapur -3,4%, Filipinas -5,5%, Tailandia -7,5%, Indonesia -8,7%) , en algunas Bolsas emergentes (Turquía - 6,4%) y en Bolsas como la francesa, la española o la italiana muy influidas por el sector bancario (Mib italiano -1,9%, Ibex -1,5%, Cac -1,3%).

A la hora de hacer una lectura de estos movimientos, hay que conectarlos con lo que está pasando en el mercado de bonos desde que fue tomando forma, a partir del pasado mayo, la idea de una posible reducción o retirada por parte de la Fed de su programa de compra de activos. Esa posibilidad ha determinado una subida bastante notable, en poco tiempo, de los tipos de interés largos, que en el caso del bono del Tesoro americano a diez años (Tbond) han pasado en pocos meses del 1,6% de principios de mayo al 2,9% actual y en el bund alemán han pasado del 1,2% de principios de mayo al 1,9% actual. Esta subida es muy relevante, y por ahora ha sido "ordenada". Éste es el gran éxito, por el momento, de Bernanke, posiblemente su último gran éxito, ya que está consiguiendo que el impacto de la subida de tipos en la Bolsa americana y en casi todas las demás Bolsas sea casi imperceptible.

Ahora bien, estamos viendo ya un cierto efecto de esa subida en las Bolsas emergentes, cuyo índice de referencia, el MSCI Emerging Markets, pierde un 11,6% en dólares en lo que va de año, y un 13% en euros. Como ya hemos dicho, esta semana pasada algunas de las Bolsas que peor se han comportado han sido precisamente Bolsas emergentes, y hemos visto como Brasil ha tenido que inyectar sesenta mil millones de dólares para dar soporte a su moneda y como el Banco Central de India ha tenido que intervenir el pasado miércoles comprando bonos del Tesoro a largo plazo para ayudar a sus Bancos, en medio de una fuerte caída de la rupia. El dinero "prestado" por la Fed que se había ido a economías emergentes ahora se retira, ante la posibilidad de que la Fed reclame la devolución en breve.

Bonos y emergentes son por ahora las dos categorías de activos que están mostrando cómo no va a ser fácil recortar las políticas de compras de activos por parte de la Fed, un recorte que, a la luz de las actas de la última reunión de la Fed que se publicaron el miércoles pasado, parece solo cuestión de tiempo. Y por eso la pregunta es qué pasará en los mercados cuando realmente los Bancos Centrales empiecen a recortar las inyecciones monetarias, ya que por ahora tan solo ha habido un preanuncio de retirada, pero los Bancos Centrales siguen inyectando liquidez. Nos podemos preguntar si los movimientos seguirán siendo igual de "ordenados" cuando se pase de las palabras a los hechos, ya que mucha parte del dinero inyectado ha sido a activos emergentes y a bonos de menor calidad, como los periféricos, que por ahora no están sufriendo casi nada.

Las dudas también se plantean, en este plácido agosto de "estabilidad prefabricada", en el otro extremo, esencialmente en el Banco de Japón, que, a diferencia de la Fed, ha reiterado que mantendrá y, si hace falta, intensificará, las inyecciones monetarias. Tras una reacción inicial muy positiva en mayo, la realidad es que la economía y los mercados nipones no están respondiendo de forma muy entusiasta, por ahora, a las medidas del gobernador Kuroda. El Nikkei se ha quedado estancado por debajo de los 14.000 puntos, las noticias económicas nos hablan de un déficit comercial japonés elevado en julio, el yen no acaba de bajar con fuerza y los bonos japoneses a diez años siguen con sus tipos en torno al 0,8% y amenazando subir. Parece que los mercados exigen esa "tercera flecha" de las reformas estructurales de la economía, una tercera flecha que le cuesta mucho poner en marcha al primer ministro Shinzo Abe. La lección de Japón es que sin reformas de fondo los estímulos monetarios acaban por no funcionar. Christine Lagarde, la directora del FMI, ha ido más allá en su intervención en Jackson Hole el pasado viernes, al afirmar, en línea con el informe de junio del Banco de Pagos de Basilea, que los estímulos monetarios tendrán inevitablemente un final, y que hay que aprovechar el tiempo que dan las políticas monetarias expansivas para hacer reformas de fondo. La pregunta es ¿se está aprovechando?

Queda solo una semana de agosto, y entramos en un septiembre que tendrá una agenda muy cargada. La reunión de la Fed a mediados de mes es sin duda un punto de referencia, pero no el único. En Japón hay que ver si finalmente Abe sube los impuestos al consumo y baja el impuesto de sociedades, y hay que ver si de verdad empieza con las reformas estructurales. En EEUU el debate sobre el techo de la deuda y sobre el déficit público tomará mucha más fuerza, y en la zona euro tras las elecciones alemanas deberían salir a flote temas que han estado sumergidos, como el tercer rescate griego o el modelo real de unión bancaria, que a la vez encierra dentro de sí el modelo de garantía o no garantía recíproca sobre los bonos soberanos de cada miembro. Son temas que se han ido posponiendo, por las elecciones alemanas, pero que siguen ahí, incluso de forma más acuciante porque los diferentes Tesoros de la zona han seguido elevando sus deudas en los últimos meses.

De momento, a más corto plazo, la última semana de agosto tenemos en Estados Unidos datos de vivienda (índice Shiller) , datos de confianza del consumidor y el PMI de Chicago, así como diversas intervenciones de miembros de la Fed. En la zona euro tendremos la encuesta IFO de confianza en Alemania y en Japón la producción industrial y el IPC de julio.

Salvo que se desaten improbables turbulencias en los emergentes, cuyo análisis ha dominado las reuniones de Jackson Hole de este fin de semana, lo que cabe esperar de este agosto tranquilo es que tenga una última semana igualmente apacible.





Presidente de Renta 4 Banco 

El gráfico semanal: BBVA y Bancos


Hace un mes, en nuestro Gráfico semanal de 22 de julio de 2013 apostábamos por tomar posiciones en Microsoft frente a Citigroup, al entender que el precio de Citi había descontado ya muchas de las buenas noticias esperables y sin embargo en Microsoft pasaba lo contrario, todo lo malo se había incorporado ya al precio y podía haber sorpresas positivas. Así ha sucedido esta última semana con el anuncio del relevo de Steve Ballmer, que ha provocado una fortísima subida de Microsoft, haciendo buena nuestra apuesta de hace un mes.

En cuanto a la posición bajista sobre el petróleo que recomendábamos la semana pasada, los futuros del crudo han cedido algo en la semana, pero solo ligeramente, por lo que habrá que esperar caídas adicionales para ver de verdad los frutos, frutos que sí se han visto ya esta semana pasada en la apuesta a favor del índice sectorial europeo de recursos básicos frente al del sector bancario, apuesta que hicimos hace dos semanas.

Esta semana vamos a fijarnos de nuevo en el sector bancario, que, de alguna manera ha sido también protagonista en este agosto, y vamos a hacerlo a través de BBVA, que es entre los dos grandes el que mejor comportamiento bursátil está teniendo este año 2013.

El gráfico de las cinco últimas sesiones de BBVA refleja muy bien el viaje de ida y vuelta que en la tercera semana de agosto ha tenido la banca europea y, más en particular, la española. Caídas en las tres primeras sesiones, impulsadas en el caso de la banca española por el repunte de los créditos morosos al 11,6%, y subidas en las dos últimas, sobre todo el viernes, al volver un sentimiento positivo al mercado gracias al buen dato chino de actividad manufacturera en agosto.

A la vez, el gráfico muestra la gran interrelación del sector bancario con el apetito inversor por el riesgo. Cada vez que se eleva ese apetito, como sucedió el viernes, suben los bancos y cada vez que regresa la prudencia, como sucedió el lunes, bajan los bancos, lo cual es bastante lógico dado el carácter inevitablemente sistémico de la actividad bancaria. Tal vez por ello, índices como nuestro Ibex, con un gran peso de la banca, se comportan diferencialmente mejor en momentos de apetito por el riesgo, como el pasado viernes.

Nos gusta BBVA, y forma parte de nuestra cartera de cinco grandes valores, como valor elegido dentro del sector bancario, gracias a su buena gestión de riesgos y a un acertado control de costes. No obstante, el gráfico que hoy traemos a nuestra sección nos recuerda que, tras la subida del pasado viernes, el sector bancario europeo en general y el BBVA en particular vuelven a cotizar cerca de sus máximos del año, y este dato nos impone necesariamente una cierta cautela a la hora de tomar posiciones, sobre todo a la vista de los últimos repuntes en los tipos de los bonos largos y a las puertas de un septiembre que trae una agenda especialmente complicada. Precisamente porque, a diferencia de lo que pasaba hace un mes en Microsoft, tal vez gran parte de lo bueno ya esté cotizado a estos precios.

Le recordamos que en nuestras secciones de Bolsas Internacionales y de Derivados Internacionales puede usted comprar y vender, con las mejores comisiones y en tiempo real, todo tipo de valores, índices, futuros y opciones sobre los más diversos instrumentos.

GRÁFICO DE BBVA LA ÚLTIMA SEMANA




Por Renta 4 Banco

lunes, 19 de agosto de 2013

La eurozona ¿motor del crecimiento global?


Dentro de una situación de elevada confianza de los gestores en la renta variable y en general en los activos de riesgo, se está llegando a un cierto consenso según el cual la recuperación económica global está empezando a producirse y, dando un paso más allá, es precisamente la hasta hace poco denostada zona euro la que estaría llamada a ser el motor de esa recuperación global.

Los datos económicos publicados la semana pasada vendrían a avalar esta tesis ya que, frente a los tibios datos de China y frente a la decepción de Japón, que en el segundo trimestre solo ha conseguido crecer un 2,6%, una cifra bastante menor que el 3,8% al que creció en el primer trimestre, la eurozona ha logrado dejar atrás la recesión, al crecer un 0,3% en el segundo trimestre. El fuerte tirón de Francia (+0,3% en el trimestre) y Alemania (+0,7% en el trimestre) ha contribuido en gran medida a esa subida del PIB de la eurozona en el segundo trimestre, ya que España, Italia e incluso Holanda siguen teniendo crecimiento negativo.

En cierto modo esto sería lo que están recogiendo las Bolsas, ya que finalmente el S&P 500 y los restantes índices estadounidenses no pudieron mantener los niveles alcanzados la semana previa, ni tampoco pudieron hacerlo las Bolsas asiáticas o emergentes, y sin embargo las plazas europeas sí han avanzado.

En la semana el S&P se alejó de los 1.700 puntos y perdió algo más del 2%, lo mismo que el Dow Jones(la caída semanal del Nasdaq se limitó al 1,5%), el Nikkei subió un tímido 0,26% tras dos semanas de caídas, pero, por el contrario, en la zona euro el Mib italiano subió casi el 3% en la semana y el Eurostoxx, el Cac y el Ibex 35 subieron el 1%. Solo el Dax se quedó algo atrás con la subida semanal del 0,6%.

Sin embargo, la tesis de la eurozona como nuevo motor del crecimiento global parece muy forzada. Por un lado, y en lo que a las Bolsas se refiere, los índices europeos, a excepción del Dax alemán, se habían comportado, en términos comparativos con los americanos, muy mal, y ahora tan solo están recortando una parte relativamente pequeña del terreno perdido en los últimos años. Desde el uno de enero de este año el S&P sube un 16% frente al 8% del Eurostoxx.

Por otro lado, si miramos a la economía real, la zona euro, además de no reducir los niveles de endeudamiento, arrastra problemas de fondo, muy estructurales, que posiblemente se evidenciarán, de manera muy clara, tras las elecciones alemanas del 22 de septiembre. Hasta entonces, lo que toca es que nada se mueva.

Y efectivamente casi nada se mueve en este agosto lleno de calma, aunque sí que hemos visto algo de movimiento en los mercados de bonos. El rendimiento del bund está ya en el 1,88%, con una subida muy notable en las últimas semanas, y el rendimiento del Tbond del Tesoro americano está en el 2,83%. Estos son los dos tipos de referencia de los activos sin riesgo, y por eso la importante subida de rentabilidades de estos dos activos no puede ser pasada por alto. Sobre todo porque este repunte de tipos largos de los activos de mayor calidad se está produciendo en un contexto de crecimiento todavía débil, tal y como muestran las últimas cifras de PIB conocidas, incluidas las de la eurozona. Los resultados del gigante americano de venta minorista, Wal Mart, publicados el pasado jueves, y el dato de confianza del consumidor de agosto publicado por la Universidad de Michigan el pasado viernes, que ha bajado a niveles de 80 desde los 85 de julio, no hacen sino evidenciar que el consumidor sigue cauteloso a la hora de gastar, pese a los esfuerzos de los Bancos Centrales.

La lectura de los movimientos de este verano en los mercados no es, por tanto, clara, y una interpretación que parece probable es que, simplemente, el inmenso dinero inyectado por los Bancos Centrales está tratando de buscar rentabilidad, y se mueve hacia activos de menor calidad y mayor riesgo, lo cual a su vez deteriora la calidad global del sistema.

Precisamente en la semana tenemos dos referencias interesantes en relación con los Bancos Centrales. El miércoles se publican las actas de la última reunión de la FED, que mostrarán hasta que punto hay o no consenso sobre la prolongación de las compras de bonos. Y, sobre todo, el próximo viernes 23 empieza la gran reunión de banqueros centrales que, bajo el patrocinio de la FED, tiene lugar anualmente en Jackson Hole. Es cierto que en esta ocasión ya no asistirá Ben Bernanke, el por algunos llamado "macho alfa" de los banqueros centrales, pero eso no quita importancia a la cita sino que, en todo caso, la incrementa. En Jackson Hole vamos a poder comprobar si el famoso "tapering" va o no en serio y, lo que es más importante, vamos a poder ver la reacción de los mercados a los mensajes de los banqueros centrales allí reunidos, tras varias semanas de calma chicha.

Tras haberse alejado por debajo el S&P de los 1.700 puntos, y con dudas persistentes sobre la "abenomics" en Japón, todo indica que la volatilidad irá a más en estas últimas semanas de agosto, y que se pondrá en cuestión la elevada confianza de los inversores en los activos de riesgo, sobre todo si los tipos del bund y del Tbond siguen repuntando.

Pero, en el muy corto plazo, nuestra opinión es que los banqueros centrales seguirán intentando que no pase nada en los mercados, es decir, que no se muevan, y desde luego, disponen de armas suficientes como para conseguirlo.




Presidente de Renta 4 Banco 

El gráfico semanal: futuros del petróleo


Los futuros sectoriales del sector bancario europeo y de los recursos básicos, a los que dedicábamos nuestra sección la semana pasada, se han comportado más o menos igual en la semana, pero seguimos pensando que apostar diferencialmente en favor del sectorial de recursos básicos frente al del sector bancario puede ser un buen trade para las próximas semanas.

Es momento, tal vez, de recordar algunas de nuestras últimas recomendaciones acertadas, como la de comprar futuros del oro que hicimos el 1 de julio, o la de apostar por el Dax frente al Dow Jones del 8 de julio, o la de apostar por el Mib italiano y el Ibex español frente al Dax que hicimos el 15 de julio. Las tres ideas han resultado muy rentables.

Y también ha sido rentable, para quienes siguiesen nuestro consejo, la apuesta que hicimos en nuestro Gráfico semanal del pasado 25 de marzo de 2013, cuando recomendábamos comprar futuros del petróleo si caían a niveles de 85 dólares, como efectivamente sucedió en abril.

La crisis egipcia, y la inestabilidad que esa crisis genera en toda la región al ser el canal de Suez una ruta básica para el transporte del crudo, ha llevado el precio del barril a situarse el jueves 15 de agosto por encima de los 111 dólares, máximo de los últimos cuatro meses. Tras un ligero recorte, el futuro del petróleo con vencimiento agosto cerró el pasado viernes a 107,7 dólares.

Hoy, sin embargo, nuestra recomendación es justamente la contraria de la que hacíamos en marzo, ya que nuestra propuesta es vender futuros del crudo tras el fuerte tirón de julio y agosto. El motivo principal es la debilidad del crecimiento global. Una cosa es que la economía global toque suelo y otra muy diferente es que despegue, y hoy por hoy es muy dudoso que podamos ver un rebote fuerte de la actividad económica con China digiriendo sus excesos y con EEUU tratando de rebajar su elevada deuda pública.

Si a esto añadimos el dato de que EEUU ha conseguido ser autosuficiente gracias a la técnica del fracking, solo podríamos pensar en un tirón de la demanda si la zona euro empieza a crecer de forma consistente. Una hipótesis que algunos consideran probable pero que a nuestro juicio no deja de ser un wishful thinking, sobre todo si tenemos en cuenta los problemas estructurales que afronta la economía europea, una economía también muy endeudada.

Claramente en niveles del entorno de los 110 dólares barril seríamos vendedores de futuros del petróleo o, si deseamos ser más cautos, compradores de opciones put.

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GRAFICO DE LOS FUTUROS DEL PETRÓLEO EL ÚLTIMO AÑO








Por Renta 4 Banco