martes, 31 de diciembre de 2013

Balance del Tesoro: los tipos bajan, la deuda sube


Un año más el Tesoro Púbico ha logrado cumplir sus objetivos de financiación colocando más deuda pública (letras, bonos y obligaciones) a menor tipo de interés. Aunque sólo están disponibles los datos hasta fin de noviembre, las conclusiones apenas variarán respecto al análisis del ejercicio completo.

No tardará en pregonarse el éxito del Tesoro. El tipo efectivo medio de las emisiones realizadas en 2013 se situó en apenas el 2,50%, el menor tipo de los últimos veinte años, con la excepción de 2009 cuando el tipo medio fue de 2,15%. Así, se ha logrado que el tipo de interés de la deuda en circulación se sitúe en apenas el 3,74%, frente al 4,07% de 2011 o al 4,52% de 2007.







Los bajos tipos de interés de la deuda pública son una magnífica noticia, aunque se debería ser consciente de que en algún momento subirán: por la propia recuperación económica y por el creciente volumen de la deuda en circulación. Cuando esto suceda, la carga de los intereses será una losa que detraerá recursos de otras partidas de gastos públicos. 

Pese a la buena noticia que supone los ínfimos tipos de interés pagados, el volumen de deuda pública no deja de crecer. Los mensajes oficiales que remarcan el éxito de la reducción del déficit público, se suelen olvidar de recordar que aunque el déficit disminuya, la deuda pública aumenta en la cuantía en que lo hace el déficit. Así, la deuda pública del Estado ha pasado de 307 mil millones de euros en 2007 a más de 754 mil millones de euros a noviembre de 2013. Todavía seguirá incrementándose en los próximos años.

Volumen de Deuda Pública






Aunque todavía no se haya publicado la estrategia de financiación del Tesoro para 2014, el déficit previsto del 5,8% implicará un incremento de las necesidades de financiación de cerca de 60.000 millones de euros, adicionales a los vencimientos por un importe en torno a 140.000 millones de euros.

El incremento de la deuda pública de 2013 ha sido absorbido por las entidades de crédito, que han incrementado su tenencia de deuda soberana en 18.000 millones de euros, y por los inversores no residentes, compradores netos de 28.000 millones de euros. 

En 2014 la financiación del Tesoro dependerá, más si cabe, de los inversores extranjeros. De acuerdo con los mensajes del BCE, no llevará a cabo nuevas "barras libres de liquidez" si sólo sirven para financiar la compra de bonos soberanos por parte de los bancos. Además, es previsible que en los test de estrés de la banca europea que tendrán lugar en el nuevo año, se penalice o limite de alguna forma el volumen de deuda pública en los balances bancarios. Por tanto, no es esperable que las entidades de crédito vayan a incrementar significativamente el volumen de deuda soberana en cartera.

No se debería dar por sentado que ningún acreedor incrementará su exposición a un deudor de forma permanente. La percepción de los inversores extranjeros sobre la deuda soberana de un país no es una excepción. A día de hoy los inversores extranjeros siguen confiando, subasta tras subasta, en la deuda soberana española, pero cuando más se incremente el volumen de deuda, más difícil será mantener dicha confianza y además a unos tipos de financiación históricamente bajos como los actuales. 

La deuda pública española acabará el año el 94,2% del PIB, aumentándose dicho ratio hasta el 98,9% en 2014, si no hay desviaciones al alza. Con los bajos tipos de interés actuales parece preocupar poco el nivel de deuda público alcanzado. Cuanto más elevado sea el nivel de la deuda pública, más elevadas son las posibilidades de un accidente en el futuro. De momento es justo reconocer que el Tesoro ha superado con nota sobresaliente el año 2013. Ahora toca afrontar el 2014. Ojalá tenga el mismo éxito.


Director General de Renta 4 Banco

lunes, 30 de diciembre de 2013

2014 ¿Año de Europa?


Una de las permanentes aficiones de los inversores es preguntarse por la siguiente "gran oportunidad". El siguiente "trade", "the next big thing", son expresiones bajo las que subyace la idea de que siempre hay algún activo, alguna alternativa de inversión, cuyo rendimiento va a ser realmente extraordinario. Por más que la experiencia demuestre que muchas veces cuando esas "oportunidades" se ponen de moda es, precisamente, cuando ya han dejado de serlo, lo cierto es que a los inversores les han fascinado sucesivamente, entre otros muchos ejemplos, las compañías "punto com" a finales de los noventa, los inmuebles a mediados de la pasada década ("el ladrillo nunca baja, solo sube"), o el oro hace dos años, en el 2011. Normalmente el entusiasmo ha llegado a los inversores tras fuertes subidas previas, por lo que la mayor parte de los compradores se suben al tren en una fase tardía de la escalada, aunque quede algo de recorrido al alza.

Los gestores se ven en la obligación de responder a esa inquietud de los inversores y buscar cada año, cada mes, a veces cada semana, nuevos "eldorados" para atraer la atención y el dinero de los inversores. Hoy la tesis más extendida es que la zona euro podría ser la "gran oportunidad" del 2014. Una tesis basada en una idea sencilla pero potente: las Bolsas europeas se han quedado atrás respecto a las americanas. Mientras el Dow Jones y el S&P baten cada día máximos históricos de todos los tiempos, el Eurostoxx está muy lejos de alcanzarlos.

Bajo esa misma idea, y viendo que dentro de las plazas europeas las que peor se han comportado son las periféricas, como España o Italia, ya que mientras que el Dax ha llegado a sus anteriores máximos de todos los tiempos el Ibex o el Mib están muy por debajo de sus cotas de 2007, la recomendación más fuerte es comprar acciones españolas o italianas, ya que tienen todavía mucho recorrido hasta igualarse con sus comparables europeas o americanas. Una nueva prueba de esa forma de pensar sería la inversión de Soros en FCC.

Este punto de vista, como decíamos simple pero potente, tiene a la vez un apoyo muy grande en la esperanza de que actúe el BCE. En el último año y medio el BCE ha sido el Banco Central más timorato a la hora de los estímulos monetarios. Frente a la QE3 de la Fed y frente a la expansión monetaria "cuantitativa y cualitativa" del Banco de Japón, el BCE se ha limitado a bajar los tipos al 0,25% y a seguir suministrando liquidez abundante a los Bancos de la eurozona, lo cual no es poco, pero realmente el BCE podría ir mucho mas allá simplemente con hacer lo que la Fed ha hecho. La gran esperanza de unos mercados adictos a las inyecciones monetarias es que el BCE se sume a la compra de activos directa contra su pasivo, es decir que en 2014 empiece la QE de la zona euro.

Es difícil saber si Alemania tolerará este paso, pero si la economía europea sigue estancada en crecimientos casi simbólicos, parece difícil que en una primera instancia Alemania pueda oponerse a una política cuyas alternativas son o continuar con los rescates, o la ruptura del euro o el default selectivo de una o varias economías periféricas.

La impresión es que el BCE tendrá fuertes tentaciones y fuertes presiones para entrar en la QE, y que finalmente lo hará, lo cual puede dar alas a las Bolsas europeas más rezagadas, como al española, al introducir la dinámica de "reflación de activos" que tan bien ha funcionado para las Bolsas americanas.

Hasta aquí hemos descrito la tesis positiva, que es a la vez la tesis dominante, la que podríamos llamar tesis oficial. Pero no podemos dejar de advertir, una vez más, sobre los peligros de disfrutar de esta fiesta monetaria. Como decíamos en nuestro anterior comentario, cada vez es más explícita la opinión de que se están creando precios artificialmente altos en los mercados financieros. La complacencia con ese modelo por parte del "establishment" oficial, incluidos sesudos economistas que hasta hace poco se quejaban de los dispendios monetarios de Greenspan, no puede hacernos olvidar lo que parecía apuntar Larry Summers en su discurso en el IMF el pasado 8 de noviembre, a saber, que las economías desarrolladas actuales, tal y como han sido diseñadas, están condenadas a vivir una serie de burbujas recurrentes, que de forma periódica generaran episodios de pérdida de valor para los inversores.

Si esto es así, suponiendo que 2014 vaya a ser, como todos desean y pronostican, una continuación del de 2013, podemos jugar a la " siguiente gran oportunidad" y apostar por las Bolsas europeas y más aun por la española, pero hay que saber también que por el camino puede venir algún ajuste serio, y si viene nadie debería sorprenderse.

Uno de los posibles detonantes de ese eventual ajuste serían los tipos de interés de largo plazo. Esta semana pasada hemos visto de nuevo el tipo del bono del Tesoro americano por encima del 3% y aunque de momento esa subida de tipo largo convive apaciblemente con una subida casi diaria de las Bolsas americanas, lo cierto es que la situación no parece sostenible. En algún momento, si no hay indicios claros de crecimiento, los índices recortarán, incluso con fuerza.

En la zona euro la situación es distinta, ya que los tipos de los bonos soberanos periféricos están muy bajos en comparación con los niveles de hace un año y medio. Pero los tipos del bund alemán y del bono del Tesoro francés han repuntado en las últimas semanas. No hay que olvidar los problemas de los Tesoros de la zona que se ven desprovistos de capacidad para imprimir dinero y en particular la evolución de las cifras en Francia es preocupante, aunque el mercado, de nuevo, esté siendo muy complaciente con la situación.

El modelo de apostar por activos de mayor riesgo ha funcionado bien, incluso extremadamente bien, en el 2013, movido por la liquidez abundante. La zona euro ha superado los problemas políticos italianos, con la victoria de Berlusconi en febrero y luego su dimisión forzada, ha superado también el deterioro y las malas cifras de Francia, los incumplimientos de varias economías periféricas respecto a sus compromisos y el rescate de Chipre en marzo con imposición de pérdidas a los depositantes de los Bancos. El Ibex subió desde los siete mil quinientos puntos que marcaba el 24 de junio hasta los diez mil puntos del 21 de octubre impulsado por el argumento comparativo (el Ibex se había quedado atrás) y por la expectativa de un "turnaround" de la economía española.

Todo esto ha funcionado bien en 2013, pero el guión de 2014 esta todavía por escribir, y en ese guión una parte sustancial debe ser el crecimiento, ya que todo indica que la Fed seguirá con su tapering y que las altas cotizaciones actuales de las Bolsas solo tienen sentido si realmente hay crecimiento fuerte. Hasta hace poco las Bolsas subían con las malas noticias económicas porque los inversores pensaban que esas malas noticias iban a impedir a la Fed retirar la liquidez extra. Estas ultimas dos semanas, a partir de la decisión de la Fed del 18 de diciembre, las Bolsas han cambiado y ahora reaccionan bien a las buenas noticias, las que indican que la economía crece.

Son los buenos datos y las expectativas de crecimiento las que ha hecho subir esta semana en torno a un 4,5% al Eurostoxx, el Dax, el Ibex y el Mibtel, y las que ha hecho subir en torno a un 2,5% al S&P y al Nasdaq ya casi un 3% al Dow y al Nikkei. Las Bolsas parecen celebrar por anticipado el crecimiento, pero, dadas las subidas de 2013, no bastará con buenos datos, sino que deberá haber realmente muy buenos datos para que las Bolsas sigan subiendo. En la zona euro vemos a la Bolsa alemana en máximos históricos de todos los tiempos y tras las subidas permanentes desde julio hay pocas acciones europeas baratas, salvo que acudamos al modelo "comparativo". Realmente, si lo que queremos es comprar Bolsas que se han quedado atrás, lo mejor sería comprar emergentes, ya que el índice MSCI Emerging Markets ha caído casi un diez por ciento en euros en el año 2013.

En la semana a caballo entre 2013 y 2014 vamos a conocer diversos datos como los ISM chinos y americanos de diciembre, y vamos a ver como reaccionan las Bolsas desde las alturas. Lo normal es que, dadas las fechas y dada la inercia, de moverse hacia algún lado, lo hagan hacia arriba, pero los retos de 2014 para los inversores son mayores aun que los que presentaba 2013.




Presidente de Renta 4 Banco 

El gráfico semanal: RWE


Una de las técnicas más tradicionales entre la vieja guardia de Wall Street para seleccionar los valores en los que invertir a principios de año es fijarse en los que peor lo han hecho el año previo. La experiencia indica que invertir en las acciones de peor comportamiento el año previo, los llamados "perros del Dow" (dogs of Dow) suele dar en general buenos resultados el año siguiente.

Si quisiéramos seguir esta idea en el Eurostoxx el candidato número uno a seleccionar sería la eléctrica alemana RWE, cuya cotización en el 2013 ha sido la que más ha caído de entre los valores del selectivo europeo, en concreto ha recortado un 14,64% hasta el pasado viernes 27. El cierre de las nucleares decidido por Angela Merkel tras el desastre de Fukusima, y la pérdida de márgenes del sector eléctrico europeo en general ha llevado a RWE. La cotización de RWE, que en los buenos tiempos de 2007 coqueteó con los cien euros por acción, cerraba el pasado viernes a 26,6 euros, con la ya comentada caída del 14,64% desde uno de enero, en total contraste con la subida del 26% en el año del índice del que RWE forma parte, el Dax alemán y con la subida anual del 18% del Eurostoxx.

En el gráfico que adjuntamos puede verse como la cotización de RWE se mueve en la zona de mínimos de los últimos diez años.

Una buena idea para apostar por RWE, dentro de la técnica de los "dogs of Dow", y a la vez limitar posibles riesgos, es comprar opciones call sobre RWE. La ventaja es que ahora los calls de RWE no están caros, dados los niveles mínimos de la volatilidad y dado que RWE se ha comportado muy mal y no hay sentimiento "alcista". En concreto, el pasado viernes podían comprarse opciones call de RWE a 1.13 euros por acción con precio de ejercicio 27 euros y con vencimiento 21 de marzo de 2014. Si quisiéramos sofisticar un poco la operación podemos financiar la compra de calls mediante la venta de opciones put del mismo vencimiento, lo cual equivale a tomar un compromiso de compra firme para el caso de que el precio de RWE llegue a determinado nivel. Por ejemplo, el pasado viernes nos pagaban por la venta de opciones put con precio de ejercicio 25 euros y vencimiento 21 de marzo 0,65 euros por acción. Es decir, tomando el compromiso de adquirir acciones de RWE a 25 euros, si bajasen a ese nivel, podríamos pagarnos la mitad de la prima de las opciones call a 27 euros. 

Son alternativas que nos ofrece el mercado de opciones pero por supuesto siempre cabe la fórmula tradicional de comprar directamente acciones de RWE, que por otro lado tienen un interesante dividendo.

Le recordamos que en nuestra página web puede Usted operar en numerosas Bolsas nacionales e internacionales de acciones, derivados, divisas y materias primas, en tiempo real y en las mejores condiciones.









Por Renta 4 Banco

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viernes, 27 de diciembre de 2013

La cara y la cruz de las inversiones en 2013

La rentabilidad obtenida por los inversores en este año que acaba habrá dependido de la selección de activos. Pese al buen comportamiento general de los mercados desarrollados de renta variable, la alegría ha ido por barrios.

Renta Fija



Desde 2009 a 2012 incluido, el binomio rentabilidad-riesgo había sido excelente en cualquier tipo de activo de renta fija (corto plazo, corporativa, high yield, convertible, emergente). Sólo la deuda soberana periférica padeció episodios de elevada volatilidad hasta septiembre del pasado año.

Los resultados obtenidos en renta fija en 2013 han sido discretos o incluso negativos. El peor comportamiento lo ha sufrido la renta fija emergente. Desde el anuncio de la FED el mes de mayo de una disminución de la cantidad de estímulos inyectados cada mes, la deuda emergente se ha visto seriamente penalizada, no habiendo recuperado a día de hoy los niveles de precio previos a dicho anuncio.

Desde los niveles actuales cada vez será más complicado encontrar oportunidades en renta fija que no vayan asociadas a la asunción de riesgos considerables. Los inversores conservadores deberán ser conscientes del riesgo de valoración que asumen al invertir en renta fija directa o en fondos de renta fija dados los tipos de interés actuales.

Renta Variable



La CARA de la evolución de la renta variable la proporcionan las bolsas de los países desarrollados. La bolsa japonesa ha conseguido la revalorización más destacada, por encima del 50% en yenes, aunque dicho porcentaje se reduce hasta apenas el 22% en euros. Tanto el S&P como el DAX alemán han alcanzan sus máximos históricos respectivos. El resto de mercados europeos se han revalorizado por encima del 10%, destacando Grecia y España.

Rentabilidad Mercados Desarrollados 2013:






La CRUZ del comportamiento bursátil del año se sitúa en los mercados emergentes. Además de la caída de las cotizaciones, la depreciación de la mayor parte de las divisas emergentes ha provocado que las pérdidas en euros sean más abultadas que en divisa local. A modo de ejemplo, la bolsa brasileña ha caído algo más de un 15% en reales, pero un 30% en euros.

Rentabilidad Mercados Emergentes 2013:






Los mercados emergentes previsiblemente se sigan viendo afectados por el inicio del "tapering" de la Reserva Federal, padeciendo más volatilidad que los mercados desarrollados.

Divisas




La fortaleza del euro durante todo el año ha provocado que cualquier inversión en otra divisa distinta haya visto reducida su rentabilidad respecto a la obtenida en moneda local. Así, frente al 28% de revalorización del S&P en dólares, la rentabilidad se reduce al 23% en euros. La única excepción ha sido la inversión en activos en yenes.



Director General de Renta 4 Banco 

martes, 24 de diciembre de 2013

Lecciones del año que acaba


El análisis de los hechos acontecidos durante el año que acaba permite extraer provechosas conclusiones para afrontar el próximo ejercicio. Analicemos algunos de ellos.
- El BCE no puede resolver por sí sólo los problemas del euro, pero su intervención ha sido fundamental para neutralizar el riesgo de ruptura del euro. La prima de riesgo española no habría pasado desde los más de 600 puntos básicos en julio del pasado año a los 230 actuales si no fuera por la aprobación del programa OMT de compra de deuda soberana de forma ilimitada en cuantía y en tiempo, aunque con condiciones. La mera existencia del programa, aunque no haya sido utilizado, y la manifestación de Draghi de que haría todo lo necesario para la supervivencia del euro ha sido fundamental para rebajar el riesgo de los periféricos.

- Las quitas a la deuda pública pueden realizarse sin traumas. Quizás una de las noticias más relevantes de año y que menos ruido mediático ha generado es la quita experimentada por parte de la deuda pública irlandesa. Irlanda ha conseguido una quita de su deuda a través de un alambicado mecanismo consistente en permutar una deuda a menos de 10 años por otra a 32 años (de media) a menor tipo de interés Al ser su tenedor el BCE no ha afectado a inversores privados. Con el crecimiento de la deuda pública de la mayoría de países desarrollados, entre ellos España, no se puede descartar que el futuro se vuelva a utilizar esta fórmula u otra similar.

- Vía represión fiscal ningún activo está exento de poder sufrir una quita vía impuestos. La propuesta de las autoridades europeas ante la necesidad de llevar a cabo un rescate bancario en Chipre consistió en aplicar un impuesto extraordinario progresivo sobre los depósitos. La propuesta no fue aprobada por el parlamento chipriota, pero puso de manifiesto que a través de impuestos extraordinarios cualquier activo puede ser gravado, incluso si se encuentra depositado en el extranjero. Ante situaciones extraordinarias de extrema gravedad, nada ni nadie está libre de la voracidad fiscal.

- La quiebra de Detroit demuestra que la deuda asumible por una administración pública tiene límite. La mayor quiebra de la historia de un municipio ($18.000 millones de deuda) debería servir de aviso. Las entidades que asumen gastos estructurales permanentes sin tener garantizada su financiación y generando desequilibrios permanentes acabarán aplicando quitas a sus acreedores, sean éstos bonistas o pensionistas. Los impuestos no pueden incrementarse de forma permanente. Sin necesidad de mencionarlos, en Europa existen demasiados casos de entidades que podrían acabar como Detroit si no varían su actual ritmo de incremento permanente de deuda.

- Todavía quedan ajustes pendientes en las cuentas públicas españolas. Pese a la mejora de la prima de riesgo, el cumplimiento de los compromisos de déficit de los próximos años requiere la adopción de medidas que a día de hoy no se han hecho públicas. La flexibilidad admitida por las autoridades europeas permite que no sea imprescindible el cumplimiento de los objetivos de déficit con exactitud milimétrica. Aun así, si no se adoptan medidas adicionales, las desviaciones del déficit de los próximos años tendrán serias consecuencias para nuestra economía. Nuestros socios y el BCE exigirán el cumplimiento de los compromisos acordados, como es natural.

- La subida de los mercados financieros se debe, en gran medida, a la actuación de los bancos centrales. Estos han actuado bajo la tesis consistente en considerar que tipos de interés artificialmente bajos, conjuntamente con la inyección de cantidades ingentes de liquidez provocan que los inversores asuman riesgos y se fomente la inversión. Como consecuencia, sube el precio de los activos, generando efecto riqueza, provocando, a su vez, un incremento del consumo. De esta forma, se logra la reactivación de la economía. Es indudable que desde julio del año pasado el objetivo de hacer subir las bolsas con incrementos superiores al 70% en el S&P y al 45% en el Eurostoxx se ha cumplido. Está por ver que la segunda parte de la tesis, la aceleración del crecimiento económico por el efecto riqueza se materialice. 

- O crece la economía y los beneficios empresariales o la subida de las bolsas no será sostenible. El ajuste llevado a cabo por las empresas a nivel global desde que comenzó la crisis las dota de un elevado apalancamiento operativo. Si la economía crece, y las ventas aumentan, el resultado se incrementará más que proporcionalmente. 

- La vuelta de los inversores extranjeros es la mejor prueba de la recuperación de la confianza en nuestra economía. Desde el verano pasado han sido numerosas las operaciones protagonizadas por inversores extranjeros: entrada en el accionariado de Banco Sabadell, Banco Popular, Nova Galicia Banco, Campofrío, MIVISA, Avanza, Arsys, entre otras. Este tipo de operaciones continuarán en los próximos trimestres.

Feliz Navidad a todos.



Director General de Renta 4 Banco 

lunes, 23 de diciembre de 2013

Sorprendente reacción


Aunque a posteriori siempre hay explicaciones para todo, no deja de ser realmente sorprendente la reacción hiperalcista que las Bolsas de todo el mundo han tenido a la decisión, tomada por la Fed el pasado miércoles, de iniciar, bien es verdad que de forma muy suave y gradual, la reducción de sus inyecciones mensuales de liquidez, lo que se viene llamando "tapering". Con la única excepción de la Bolsa de Shanghai, que ha caído un 5% en la semana, afectada por las nuevas tensiones de liquidez en el interbancario y por algunas decisiones del People´s Bank of China, todas las Bolsas han subido fuertemente a partir del miércoles y en el conjunto de la semana (S&P 500 +2,4% en la semana, Dax +4,4%, Ibex 35 +4,5%, Nikkei +3%).

Una primera explicación a esta reacción sorprendente sería que la Fed no va a retirar los estímulos sino solo a reducirlos un poco y que, además, la Fed ha prometido mantener los tipos en el entorno cero durante mucho tiempo (forward guidance), incluso después de que el paro baje del 6,5%. De esta forma, Bernanke, una vez más, ha hecho gala de su gran cintura para afrontar decisiones complicadas y de sus excelentes habilidades comunicadoras, consiguiendo con su lenguaje convencer a todo el mundo de que la reducción de las compras mensuales de bonos es compatible con una política monetaria ultra expansiva (tapering is not tightening).

Esta primera explicación justificaría que las Bolsas hubiesen reaccionado con tranquilidad, sin fuertes recortes, a la decisión de la Fed. Pero no parece suficiente como para ser la causa de las fortísimas subidas de todas las Bolsas tras la decisión de la Fed.

Para explicar esa euforia alcista parece necesario ir más allá. Una primera idea sería que los inversores, al ver que la Fed inicia el tapering, descuentan que llega ya el crecimiento económico, que, además, convivirá con unas condiciones monetarias muy laxas. Un escenario muy bueno para la renta variable, similar al del periodo 2005-2007, pero con los tipos de interés aún más bajos y con mayor suministro de liquidez. Esta explicación quedaría confirmada por la nueva revisión al alza hasta el 4,1% del crecimiento del PIB del tercer trimestre en Estados Unidos, revisión que se publicó el pasado viernes y que animó aún más a las Bolsas.

Si los inversores están descontando que llega el crecimiento, tiene sentido la llamada "gran rotación" desde los bonos hacia la renta variable y de hecho el tipo del bono del Tesoro americano a diez años cerró el pasado viernes de nuevo cerca del 3% pero esta vez, a diferencia de lo que sucedió el pasado mayo, las Bolsas han subido. Es decir, no importa que suba el tipo de interés de largo plazo porque el crecimiento de la economía y de los beneficios empresariales compensará con creces el efecto negativo de la subida de tipos.

Esta lectura de lo sucedido en las Bolsas vendría a abundar en el acierto de la Fed al haber pospuesto el tapering desde septiembre hasta diciembre, poniendo de manifiesto de nuevo la gran labor de Bernanke. Ahora bien, no se entiende, bajo esta hipótesis, por qué las Bolsas reaccionaron tan mal en mayo, cuando Bernanke dijo que se iba a iniciar el tapering si la economía daba muestras de fortaleza. Bernanke fue muy cuidadoso con sus palabras en mayo, pero las Bolsas cayeron, y ahora han subido. Tal vez la explicación estaría en que en mayo los inversores no se creían que el crecimiento iba a llegar y ahora sí se lo creen porque han ido viendo señales muy positivas en el empleo, en el consumo y en el dato de PIB del tercer trimestre.

Ésta sería la explicación "normal" para tratar de entender una reacción extremadamente alcista de las Bolsas ante una decisión que en principio generaba temores. Siguiendo este razonamiento, la continuidad de la subida de las Bolsas estará condicionada a que efectivamente se confirme en el 2014 que la actividad despega y que hay crecimiento serio. Si no llega, las Bolsas caerán con fuerza.

Pero cabe también pensar (siempre es bueno plantear escenarios alternativos) en otra explicación. El pasado 8 de noviembre Larry Summers, excandidadto a presidir la Fed, pronunció una interesante conferencia en el FMI (http://www.youtube.com/watch?v=KYpVzBbQIX0). En síntesis lo que Summers vino a decir es que las economías avanzadas, entre ellas la norteamericana, están sometidas a un "estancamiento secular" de su crecimiento, y que la única forma de combatir ese estancamiento son las políticas monetarias ultra expansivas, que crean burbujas recurrentes pero logran mantener un cierto nivel de actividad, bien es verdad que no muy excitante, en la economía real.

Las economías desarrolladas estarían de esta forma condenadas a mantener el crecimiento saltando de burbuja en burbuja y el propio Larry Summers apuntó, en ese discurso, algunos de los riesgos que ese tipo de situación genera, y señaló la contradicción de tener que practicar una política de tipos de interés cero para sostener la economía, siendo así que los tipos cero son, en palabras de Summers, "inhibidores de la actividad económica" ya que generan represión financiera y mala asignación de recursos.

Summers no respondió a las dudas que él mismo planteó, pero, en lo que ahora nos interesa, a los efectos de entender las reacciones de los mercados, puede ocurrir que lo que los inversores estén celebrando estos días no sea un crecimiento económico que según Summers sería impensable, sino simplemente la confirmación por Bernanke de que seguirá habiendo mucho dinero a tipo cero, de momento setenta y cinco mil millones de dólares cada mes. Dinero que deberá invertirse en algo y que hará subir más a las Bolsas, aunque, según la tesis de Summers, el crecimiento no llegue nunca y nos limitemos a vivir en una economía de burbujas recurrentes y, por tanto, de pinchazos periódicos de esas burbujas.

Es decir, tal vez lo que los inversores estén celebrando sea algo así como la situación de cuasi burbuja permanente, algo casi opuesto a aquel escenario de "nueva normalidad" (new normal) que hace cuatro años elaboró el gran gestor de bonos Bill Gross.

El problema de gestionar inversiones en el escenario descrito por Summers es que hay que pensar que cada cierto tiempo vamos a sufrir alguna ruptura de la burbuja de turno y eso va a destruir no ya solo nuestro rendimiento acumulado, sino, además, una parte de nuestro patrimonio. Es decir, si queremos estar invertidos en activos, y lo normal es que queramos, ya que el retorno de la renta fija sin riesgo será cero o casi cero, hemos de estar dispuestos a experimentar de forma recurrente pérdidas de capital.

Esa es la consecuencia última de la llamada "represión financiera", a la que nos tenemos que acostumbrar, ya que la tan celebrada decisión de la Fed del pasado miércoles no ha hecho sino confirmar que habrá un largo periodo de "represión financiera".

Sea como fuere, las Bolsas están en subida libre y parece que van a acabar así el 2013 e iniciar así el 2014. Si miramos el gráfico del S&P 500 o del Dax la verdad es que nos recuerdan mucho, porque son casi idénticos, a los gráficos de cualquiera de las burbujas previas, por ejemplo de la del Nasdaq de fines de los noventa o de la del oro en 2011 o de la de los precios de algunas compañías inmobiliarias de la Bolsa española en 2006-2007. Cabe pensar que desde un punto de vista fundamental las actuales cotizaciones se justifican porque realmente estamos a las puertas de un salto en el crecimiento, que hará subir los beneficios empresariales de forma clara, o cabe, sencillamente, pensar que, simplemente, los inversores se han entregado a una especie de "condena de Sísifo", y aceptan seguir en la pista de baile aun a sabiendas de que corren riesgos grandes.

Queda una semana para terminar el año, el S&P inicia esa última semana en un nuevo máximo histórico de todos los tiempos, y la inercia es demasiado fuerte como para no apostar por nuevas alzas. En un escenario de burbujas recurrentes también ha de haber pinchazos periódicos de esas burbujas, pero no está claro que el globo se haya inflado ya del todo y, en todo caso, no parece que fin de año sea un momento muy indicado para que se rompa nada.



Presidente de Renta 4 Banco 

El gráfico semanal: futuros del bono americano vs S&P 500


La recomendación que formulábamos la semana pasada de vender futuros del euro posicionándonos a favor del dólar ha sido acertada ya que el euro cerró el viernes a 1,3655 dólares por euro frente a los 1,373 del viernes anterior, cediendo así posiciones la divisa común europea, tras varias semanas alcistas. Mantendríamos la propuesta a favor del dólar ya que, como decíamos en nuestro Grafico del pasado lunes, la idea no era aprovechar los efectos de la decisión de la Fed del miércoles pasado sino, más bien, pensar a medio plazo para el conjunto del año 2014.

Sin duda el protagonismo de la semana pasada ha correspondido a la Fed y a su todavía presidente, Ben Bernanke, que ha demostrado, una vez más, su habilidad (otra cosa será el juicio de la historia sobre el conjunto de su mandato, que solo se podrá hacer cuando pasen varios años) para implementar y comunicar decisiones muy delicadas, como lo es, sin duda, la de iniciar la reducción de las compras mensuales de bonos por parte de la Fed.

La Fed, efectivamente, ha iniciado el "tapering" y, sin embargo, a diferencia de lo que pasó el pasado mayo, cuando se anunció la posibilidad de hacerlo, las Bolsas han reaccionado con fortísimas subidas. Precisamente por ello es interesante ver como han evolucionado el tipo del bono del Tesoro americano a diez años (T bond) y el S&P 500 a lo largo de los últimos meses. Tal y como se ve en el Gráfico en los últimos doce meses el precio del T bond, que evoluciona al revés que el tipo de interés, ha caído en torno a un 6% y, en consecuencia, los tipos de interés de dicho bono han subido desde el 1,7% del pasado mayo hasta el 2,89% del pasado viernes. Lo interesante es que, a la vez, el S&P 500 se ha disparado al alza y sube, en lo que va de año, un 27,5%.

En otros ciclos históricos, cuando suben los tipos del bono del Tesoro a largo plazo, las Bolsas recortan, pero ahora todo parece ser diferente. Lo que al parecer descuentan los mercados es una época de crecimiento pero con mantenimiento de los tipos de interés de corto plazo casi al cero por ciento, que es lo que prometió Bernanke el pasado miércoles. La clave de todo es que la inflación sigue siendo muy baja y se espera que siga así.

La pregunta es cómo van a reaccionar los bonos de aquí en adelante. Si realmente la inflación se va a mantener baja, el tipo de los bonos no debería subir. Y si suben será porque el mercado descuenta inflación futura. En este contexto parece que solo es posible que el S&P siga subiendo si el T bond se estabiliza, es decir, si el tipo no sube del 3%, lo cual indicaría un contexto de crecimiento sin inflación y en un entorno de tipos casi cero.

Si observamos el Gráfico vemos que en mayo pasado, cuando Bernanke anunció el futuro tapering, el S&P recortó e igualmente en agosto, cuando se temía que la Fed iniciase el "tapering" en septiembre. Ahora, la primera reacción de las Bolsas ha sido alcista, tal vez porque el tipo del T bond solo ha subido muy levemente tras la decisión de la Fed. En nuestra opinión es enormemente importante, para que el S&P y el resto de las Bolsas puedan proseguir su escalada, que el tipo del T bond no rompa al alza el 3%.

Lo que podríamos pensar es que las Bolsas están siendo demasiado optimistas y que a medida que avance el "tapering" y que crezca la economía, los tipos del T bond subirán y si no suben será porque no llega el crecimiento. Una forma práctica, aunque con cierto riesgo, de jugar a un eventual cierre de la divergencia entre el S&P y el T bond sería combinar la venta de futuros del S&P a estos niveles, con la compra simultánea de futuros del T bond. De esta forma ganaríamos en la medida en la que el divorcio de ambos indicadores vaya reduciéndose, como parece que debería suceder a medio plazo.

Aunque es verdad que en unos mercados tan sorprendentes como los actuales pudiera pasar, por primera vez en la historia, que el precio del T bond siga bajando, subiendo los tipos de interés a largo, y el S&P siga subiendo, hay algo que nos dice que si el tipo del T bond sube al 3,5% o al 4% el S&P sufrirá más que proporcionalmente.

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GRÁFICO COMPARATIVO DEL T BOND Y DEL S&P EL ÚLTIMO AÑO









Por Renta 4 Banco

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miércoles, 18 de diciembre de 2013

El sector estrella de 2013 en la bolsa


Durante este 2013 las subidas de los índices de renta variable europea están siendo de doble dígito. Sin embargo, no todos los sectores ni todas las compañías, han tenido el mismo comportamiento.

El sector que más sube este año es el sector de automóviles. Valeo y Faurecia suben más del 100%, Continental y Peugeot lo hacen en un 70%, y Daimler y Renault suben más de un 40%. Sin embargo, empresas como Volkswagen, Michelin o BMW suben menos del 10%, aunque es cierto que en 2012, destacaron sobre el resto.

En el siguiente gráfico muestro las rentabilidades anuales del sector europeo de automóviles.







Se observa con nitidez que es un sector muy cíclico. Los años en los que la bolsa sube, suele ser un sector que destaca sobre el resto, mientras que en años de caídas, el sector también suele estar entre aquellos con peor comportamiento.

De las 3 compañías que menos suben en lo que llevamos de año, voy a apuntar cuáles son sus características principales:

BMW: compañía dedicada a la fabrica y venta de automóviles y motos de lujo en todo el mundo. Es la mayor marca de lujo, por encima de Mercedes gracias a su mayor exposición a mercados de mayor crecimiento. La distribución de sus ventas es de las más diversificadas en el sector. 45% Europa, 30% Asia y 20% Norte América. Su rápido posicionamiento en los mercados de mayor crecimiento (especialmente en Asia), le ha permitido casi doblar ventas en la última década, más que doblar EBITDA y multiplicar por 160% su beneficio por acción.

El apalancamiento operativo, la fabricación de modelos en países más baratos y retornos del capital empleado de doble dígito alto (exceptuando en 2008 y 2009), explican el brillante comportamiento de la cuenta de resultados. La compañía además, goza de una envidiable posición financiera, con un 25% de caja sobre su capitalización bursátil, si excluimos la financiera. A 9,8x PER y 3,3% rentabilidad por dividendo, consideramos que tiene descontado la previsible desaceleración del crecimiento de sus ventas para los próximos años.

Para 2014, BMW puede ser una buena oportunidad de compra en una de las compañías automovilísticas de mayor calidad.

Michelin: Es una compañía dedicada a la fabricación de neumáticos, los cuales son utilizados para el sector de automóviles, camiones, aeronaves y vehículos industriales. La menor ciclicidad de los neumáticos frente a la venta de coches nuevos considero que debe ser premiada con prima de valoración con respecto al sector de automóviles en su conjunto. Los coches ya vendidos (más de 20 millones más de coches que hace una década), sí o sí, tienen que cambiar de neumáticos cada cierto tiempo. Michelin es la compañía de neumáticos más desarrollada tecnológicamente y su apuesta por los neumáticos de mayor calidad y mayores márgenes se empiezan a ver en la cuenta de resultados.

Cotiza a PER de 8x, un EV/EBITDA de 4x y una rentabilidad por dividendo del 3,5% que me parecen muy baratos. Los retornos del capital empleado han pasado de 9% a 13% los últimos 4 años y uno de los grandes objetivos de la compañía es la de seguir incrementándolos. Casi no tienen deuda y el FCF yield es superior al 6% y está incrementando a medida que las necesidades de inversión se van reduciendo. La regulación también les beneficia ya que los países desarrollados están imponiendo límites a la venta de neumáticos provenientes de Asia de menor calidad por su menor seguridad y mayor contaminación.

Volkswagen: cotiza a 8x beneficios con una rentabilidad por dividendo del 2,2%. El crecimiento del beneficio de Volkswagen en la última década ha sido espectacular al conseguir capturar el crecimiento de las ventas de automóviles en países emergentes. De este modo, Volkswagen ha pasado de ganar 10 euros/acción en 2008, a 20 euros/acción en 2013e, el doble del beneficio que tenían en 2008 (anterior máximo histórico de beneficio).

Volkswagen es una de las mejores compañías de automóviles, anticipándose a la macro tendencia de países emergentes e invirtiendo en esos países hace una década cuando nadie apostaba por ellos. El crecimiento se está ralentizando de forma acusada en comparación con el crecimiento de Volkswagen los últimos 5 años y la acción ha estado consolidando durante la primera parte de 2013. Pero la tesis de inversión se mantiene intacta.

Si Europa recupera su senda de crecimiento y los emergentes siguen mostrando atractivos crecimientos para la industria de automóviles, Volkswagen será una de las empresas más beneficiadas. En el lado de los riesgos, cabe mencionar, que opera a casi plena capacidad, lo que tiene dos lecturas: la positiva es que no tendrá presión en precios ni en márgenes. La negativa es que necesite nuevas dotaciones de inversión en capital para abastecer la creciente demanda de automóviles.

En el siguiente gráfico se muestra el comportamiento del índice europeo del sector de automóviles desde 2000. Es evidente que para aquel inversor que haya sido paciente y haya sido capaz de aguantar la elevada volatilidad del sector, la inversión hubiera sido muy rentable. Hoy en día se sitúa en máximos históricos. Es un sector en el que hay que estar invertido en periodos de expansión, pero evitarlos en periodos de recesión.






Si como esperamos, 2014 será un año de crecimiento económico a nivel global, todavía no será un sector a evitar. Invertir en aquellas compañías que no hayan tenido un comportamiento estelar, cuyos fundamentales sigan apoyando la inversión en las mismas, puede ser una buena manera de mantener exposición al sector de automóviles.





Gestor de fondos de Renta 4 Banco 

lunes, 16 de diciembre de 2013

Segunda oportunidad para la FED


Tras anunciar Bernanke el pasado mayo que la Fed estaba preparada para recortar el volumen de sus compras mensuales de bonos en algún momento del 2013, la esperada decisión de recorte (tapering) no tuvo lugar en la reunión de septiembre, en la que la Fed dio claramente marcha atrás, por lo que la reunión del martes 17 y miércoles 18 es una segunda oportunidad para iniciar una reducción gradual de las inyecciones monetarias.

La expectativa levantada por la reunión de la Fed conecta con la pregunta que nos planteábamos la semana pasada sobre la razón por la que las Bolsas están recortando justo en este mes de diciembre, en el que normalmente se produce más bien el llamado "rally navideño". Hemos visto esta semana nuevas caídas en las Bolsas europeas (Ibex -1,4%, Mibtel y Dax -1,8%, Cac - 1,7%) y esta vez las caídas se han extendido a las Bolsas americanas (S&P y Dow -1,65%, Nasdaq -1,5%) y a varias Bolsas asiáticas (Shanghai -1,8%) y emergentes (MSCI Emerging Markets en dólares -1,2%) salvándose solo de los descensos semanales el Nikkei (+0,7%).

Como decíamos la semana pasada la lectura "oficial" de estos descensos de las Bolsas es pensar que hay miedo al "tapering" de la Fed. Y probablemente esta lectura oficial sea la correcta, ya que el Nikkei se ha comportado mejor que otros índices y parece claro que en gran medida es porque el gobernador del Bank of Japan, Kuroda, ha vuelto a salir a la palestra garantizando que habrá aún más inyecciones monetarias si las actuales (recordemos que el BoJ inyecta dinero cada mes por el equivalente al 1% del PIB japonés) no son suficientes para crear inflación al 2%. 

Esta lectura "oficial" según la cual las Bolsas bajan por miedo al tapering no es del todo clara, como señalábamos en nuestro comentario de la semana pasada, pero en todo caso es la comúnmente aceptada, y lo cierto es que hay que tomarla como auténtica, porque es la que moverá a corto plazo a las Bolsas. Por ello es relevante preguntarse qué hará la Fed esta próxima semana.

La Fed tiene cuatro opciones. La primera es seguir prometiendo al mercado que no habrá tapering en el horizonte cercano, como lo ha hecho en las dos últimas reuniones. La segunda sería ir incluso más lejos y adoptar la posición de Kuroda en el Banco de Japón, garantizando más y mayores inyecciones masivas de liquidez si hiciese falta. La tercera es anunciar el tapering para algún momento de 2014, en un discurso similar al que ya hizo Bernanke el pasado mayo. La cuarta y última posibilidad es directamente iniciar los recortes en las compras mensuales, si bien de forma muy moderada, empezando por reducir las compras de bonos en unos cinco mil millones de dólares al mes.

Los buenos datos de la economía americana, sobre todo la revisión del PIB del tercer trimestre al 3,6% y el magnífico dato de empleo en noviembre, moverían a pensar que la Fed tiene una oportunidad de oro para poner en marcha la cuarta opción, es decir, empezar a recortar unos estímulos que no pueden ser eternos. Esto sería según la versión oficial lo que están ya descontando las Bolsas con sus caídas.

Sin embargo, esos datos de mejora de la economía norteamericana no son del todo concluyentes, como decíamos la semana pasada, y Janet Yellen, la nueva presidenta de la Fed, ha insistido mucho en que es mejor pecar por el lado de la prudencia y no anticiparse a recortar los estímulos mientras no esté meridianamente claro que la economía norteamericana despega de verdad. Parecería extraño que Janet Yellen, campeona de las políticas de estímulo monetario masivo, y que ha sido nombrada precisamente por eso, ceda ante los "halcones" partidarios de recortar ya.

Pero es también cierto que varios miembros de la Fed están ya muy molestos con la "QE permanente" y han alzado de forma clara su voz diciendo que debe haber un final. De igual forma varios eminentes economistas, entre ellos el reciente Nobel Robert Shiller, han advertido de la formación de burbujas de activos al calor del exceso de liquidez. Esta situación es algo incómoda para Yellen y Bernanke, pero no todavía suficientemente incómoda. En todo caso lo que parece impensable es que la Fed adopte un lenguaje y una política tan agresivas como las de Kuroda en Japón, política que según algunos analistas prestigiosos puede acabar en un auténtico fiasco financiero en Japón, bautizado ya como "Abegeddon".

Por tanto, las opciones más probables son o bien que la Fed no diga ni haga nada nuevo, limitándose a mantener su posición de las dos últimas reuniones o bien que se limite a comunicar que en algún momento de 2014 iniciará el "tapering" repitiendo el mensaje del pasado mayo. 

Las implicaciones para las Bolsas de la decisión de la Fed y de la política futura de la Fed hay que verlas en el corto plazo y en el medio plazo. A corto plazo, si la Fed no anuncia y/o no decide el tapering, habrá un cierto respiro y podremos ver un fin de año tranquilo. Si por el contrario la Fed decide iniciar el tapering, en nuestra opinión la reacción de las Bolsas será otra caída adicional a la que hemos visto estas dos semanas. Incluso si la Fed se limita a realizar un anuncio de eventual tapering futuro la reacción tampoco será buena porque hoy en día las Bolsas descuentan de golpe todo el efecto, no van descontando las cosas poco a poco a medida que se producen. 

A más medio plazo, lo mejor sería en nuestra opinión que la Fed iniciase ya el tapering o anunciase de forma creíble que va a empezarlo en el primer trimestre de 2014, ya que cada vez es más obvio que el exceso de liquidez está creando problemas de mala asignación de recursos, lo que siempre acaba mal. Vale más sufrir ahora un recorte de las Bolsas, en un año en el que han subido mucho, que retrasar algo que cada vez será más difícil, como es quitar el exceso de liquidez. Hay una visión un tanto ingenua e idílica, según la cual cuando la Fed inicie el tapering será porque la economía está ya despegando, luego la reacción de las Bolsas no tendría por qué ser muy bajista, porque habrá de verdad crecimiento fuerte o expectativa de crecimiento fuerte. 

Puede ser, pero esperar a que llegue ese momento de crecimiento fuerte para quitar las inyecciones es seguir alimentando una adicción muy insana y con incentivos y efectos laterales perversos. Precisamente lo que las Bolsas podrían estar descontando con sus últimas caídas, en una lectura alternativa, es que tal vez el crecimiento esperado va a tardar en llegar y que seguiremos en una economía débil, aunque los números sean algo mejores en el 2014.

En ese escenario de economía estancada o con crecimiento débil, las Bolsas tenderán a corregir en algún momento sus enormes subidas de 2013, aunque se mantengan las inyecciones de liquidez. Si además se inicia el tapering, por supuesto las Bolsas lo acusarán todavía de forma más fuerte. En definitiva, donde realmente se la juegan las Bolsas a medio plazo es en que venga el ansiado crecimiento, y, si no viene, de nada valdrán las sucesivas inyecciones monetarias, algo que probablemente Japón comprobará antes que EEUU y que la zona euro. 

A corto plazo y en lo que se refiere a la decisión de esta semana, si hemos de apostar, y siempre con el riesgo de equivocarnos, pensaríamos que la Fed va a optar por hacer alguna sugerencia sobre un posible tapering, y lo normal es que unas Bolsas tan adictas a la liquidez se lo tomen mal, como sucedió el pasado mayo. En nuestra opinión la Fed no va a pasar de ahí, es decir, no va a reducir ya las compras mensuales de bonos, pero tampoco puede ser insensible a las voces que demandan un final de la QE ni menos ir en la dirección del arriesgado experimento japonés. Si la Fed tomase este rumbo sería, verdaderamente, para echarnos a temblar, aunque las Bolsas a corto plazo lo celebren.

A pesar de su leve descenso de la semana pasada, el S&P se ha comportado muy bien en esta caída de las Bolsas en diciembre y sigue siendo el indicador a seguir para ver si lo que hemos visto estas dos semanas pasadas es el inicio de una corrección de mayor alcance, en la que las Bolsas estarían descontando las dudas sobre si el crecimiento va a llegar, o bien ha sido solo un ajuste limitado de las cotizaciones movido, sobre todo, porque habían subido mucho y por el temor a que la Fed inicie ya el tapering en su reunión de esta semana.



Presidente de Renta 4 Banco 

El gráfico semanal: futuros del euro/dólar


Apostábamos la semana pasada por comprar futuros de Eurostoxx 50 y vender futuros del S&P 500 dado que el S&P se había mantenido prácticamente en los máximos históricos mientras que las Bolsas europeas habían corregido con cierta fuerza, y la realidad es que, por primera vez en muchas semanas, hemos visto una corrección de cierta intensidad en el S&P, que cayó un 1,6% pero, de cara a nuestra estrategia, lo cierto es que también las Bolsas europeas recortaron y en concreto el Eurostoxx cayó un 1,9% en la semana. Por tanto habrá que seguir esperando a esa posible convergencia entre las Bolsas americanas y las europeas.

La segunda semana de diciembre, además del recorte del S&P nos ha traído otra novedad, que ha sido un ligerísimo recorte semanal del dólar frente al euro. A las puertas de una importante reunión de la Fed (¿cuál no lo es?) que tendrá lugar el martes 17 y miércoles 18, tiene máximo interés volvernos a fijar en la evolución del euro frente al dólar. Ya lo hicimos en nuestro Gráfico de 17 de junio de 2013 donde, en niveles cercanos a 1,35 dólares por euro recomendamos posicionarse a favor del dólar, lo que fue acertado ya que en las siguientes semanas el euro bajó hasta 1,28. Asimismo en nuestro Gráfico semanal del pasado 14 de octubre volvíamos a recomendar la venta de futuros del euro/dólar en niveles de 1,355 y pudimos aprovechar esa recomendación, bien es verdad que en menor medida que la anterior, en la caída del dólar de fin de octubre y principios de noviembre.

En noviembre y en lo que va de diciembre el euro ha vuelto a recuperar posiciones frente al dólar, hasta niveles próximos a 1,38 cerrando el pasado viernes en 1,373 dólares por euro. Sin duda el temor a un posible inicio del "tapering" por parte de la Fed esta semana ha tenido mucho que ver con la ligera corrección del euro la semana pasada, pero lo que realmente interesa es ver la tendencia de fondo. Si miramos la evolución del euro desde sus máximos de 1,6 dólares por euro de agosto de 2008 vemos como la línea de fondo para el euro es bajista, ya que los sucesivos rebotes han ido parándose cada vez en niveles más bajos (1,50 en el 2009 / 1,45 en el 2011 /1,38 por el momento en el 2013) pero también es verdad que la política súper expansiva de la Fed a través de enormes inyecciones de liquidez ha tenido su impacto en el dólar, no solo por la mayor cantidad de dólares en el mercado sino, además, por haber generado una gran complacencia de los inversores con el riesgo, perdiendo así atractivo la función del dólar como activo refugio en periodos de turbulencias.

Es posible que la Fed en su próxima reunión inicie de forma muy suave y gradual la reducción de sus inyecciones de liquidez, lo cual sin duda reforzará al dólar, pero en todo caso, parece también obvio que la zona euro no puede permitirse estar tan cerca de la deflación y tener a la vez una moneda tan fuerte que perjudica seriamente a sus exportaciones y a su crecimiento. En esta situación, las presiones sobre el BCE para que amplíe la base monetaria, por el medio que sea, van a ser máximas, salvo que un giro en la política de la Fed refuerce al dólar.

Nos parece interesante, aunque con cierto riesgo, tomar a estos niveles una posición a favor del dólar, vendiendo futuros del euro, no solo por aprovechar de forma táctica el posible efecto, en su caso, de la decisión que tome la Fed sino, sobre todo, pensando más a medio plazo para el conjunto del año 2014.

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GRÁFICO DE LOS FUTUROS DEL EURO/DÓLAR EL ÚLTIMO AÑO









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