viernes, 7 de febrero de 2014

Sube la bolsa, se acabaron los problemas


Los mensajes oficiales de las distintas autoridades nacionales y europeas transmiten que lo peor ha quedado atrás: se inicia la recuperación. Incluso la Sra. Lagarde, gerente del FMI, vaticina siete años de crecimiento.

En el caso de la economía española son numerosos los datos que efectivamente muestran una mejora de la economía nacional:

- el crecimiento de este año puede acercarse al 1%;

- asistiremos a una creación neta de empleo por primera vez desde el inicio de la crisis;

- las importaciones de bienes de equipo crecen a niveles del 20%;

- aunque el saldo total de crédito no crezca, el crédito nuevo empieza a hacerlo;

- la capacidad de financiación de nuestra economía ha alcanzado el 1,5%, frente a necesidades de financiación del PIB del 10% en 2007;

- la prima de riesgo se ha reducido a un tercio de la existente en verano de 2012;

- la inversión extranjera vuelve a interesarse por España

Los datos anteriores son magníficas noticias, pero de ellos no se puede, ni se debe concluir que la crisis ha finalizado. Se ha tocado fondo, pero la recuperación será lenta y prolongada en el tiempo. El crecimiento futuro de la economía española se verá muy limitado por el enorme stock de deuda. Las familias y las empresas han reducido su nivel de apalancamiento del 230% del PIB al 200%, mientras las Administraciones Públicas han pasado de niveles del 35% a tasas cercanas al 100%.

El problema del endeudamiento no es exclusivo de España, es un mal generalizado en todas las economías desarrolladas. Existe un consenso generalizado en considerar el exceso de endeudamiento de las economías occidentales, y la mala asignación de recursos, como uno de los principales causantes de la actual crisis. Pues bien, de acuerdo con datos del BIS (Bank of International Settlements), considerado como el banco central de los bancos centrales, el nivel de deuda de las economías del G-20 es hoy un 30% superior al existe al inicio de la crisis.

Posiblemente este incremento del nivel general de deuda, sobre todo de deuda pública, haya permitido evitar que la crisis se convirtiera en una depresión económica. Sin embargo, el problema del exceso de deuda sigue latente, limitando la capacidad de crecimiento de las economías.

El país con mayor nivel de deuda pública en Europa es Grecia, habiendo superado el 170% del PIB en el tercer trimestre de 2013. Pese a los dos rescates recibidos por la economía helena, difícilmente podrá hacer frente al vencimiento de su deuda. Como solución, al menos parcial, empieza a difundirse la noticia, no confirmada, de un aplazamiento de hasta 50 años del vencimiento de los préstamos otorgados en los rescates a su economía, con una reducción en los tipos de interés. Una reestructuración en toda regla.

De confirmarse la noticia, no sería la primera vez que se reestructura parte de la deuda pública de un país del euro. El año pasado Irlanda ya llevó a cabo una operación similar siendo el acreedor el BCE.

La situación económica hoy es sensiblemente mejor que la existente hace apenas un año. El buen comportamiento de las bolsas en el último año ya ha recogido dicha mejora. A partir de ahora será necesario que las expectativas de crecimiento realmente se materialicen y los beneficios empresariales se recuperen. En cualquier caso, el camino de la recuperación estará plagado de baches y, por tanto, de volatilidad en los mercados financieros.



Director General de Renta 4 Banco 

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