martes, 30 de abril de 2013

ELA: el salvavidas del euro


Una vez más, tras el rescate a un país miembro del euro, la actuación del BCE será fundamental para que algunos bancos europeos no colapsen, en este caso entidades chipriotas. Para ello, se incrementará el uso del Programa de Asistencia de Liquidez (Emergency Liquidity Assistance - ELA).

Los bancos de la Eurozona acuden al BCE a obtener financiación de forma recurrente, depositando como garantía activos con una calificación crediticia (rating) mínima determinada. Cuando un banco no posee activos con el rating mínimo exigido, o en el caso en que los bonos soberanos de su propio país han dejado de ser aptos como garantía o colateral, la entidad ha de recurrir a su propio banco central en busca de financiación extraordinaria. Desde junio pasado los bonos soberanos chipriotas dejaron de ser un activo utilizable como garantía en el BCE, quedando como alternativa de financiación la utilización del ELA.

El Programa de Asistencia de Liquidez (ELA) permite que los bancos de la Zona Euro se financien a través de su propio Banco Central en "circunstancias excepcionales", como las acontecidas ahora en Chipre.

El Banco Central del país en cuestión, en este caso Chipre, solicita garantías al banco peticionario, aunque lógicamente éstas son de menor calidad que las exigidas por el BCE. Las posibles pérdidas que se ocasionen suponen un riesgo para el Banco Central del país. A su vez, el Banco Central correspondiente obtendrá los recursos necesarios a través del BCE. Este tipo de financiación se facilita a los bancos que no pueden obtener liquidez ni a través del mercado, ni a través de la financiación del BCE.

Una de las principales características del ELA es su opacidad. No existe obligación de hacer públicos los términos de garantías solicitadas, tipos de interés y duración de la asistencia financiera a cada entidad. En teoría, sólo se puede proporcionar liquidez a través de este mecanismo a bancos con problemas de liquidez pero solventes. La frontera entre una y otra situación puede llegar a ser muy difusa.

La fuerte quita a los depósitos a partir de 100.000 €, y el elevado peso de los depósitos de no residentes (37% del total) en Chipre, hace prever una fuerte fuga de depósitos del sistema tan pronto como las limitaciones a las transacciones bancarias se eliminen. Pese a la inyección de recursos procedentes del rescate financiero, la fuga de depósitos sólo podrá ser reemplazada por financiación vía ELA.

Un instrumento que se creó para ser utilizado en ocasiones excepcionales y extraordinarias, se ha convertido en un reiterado último recurso de financiación de los bancos con problemas de liquidez. Ha sido utilizado durante años por los bancos irlandeses por importes superiores a 34.000 millones de euros en octubre de 2008; los bancos griegos siguen haciendo uso del mismo, alcanzando los 31.000 millones de euros en enero de este año.

El Programa de Asistencia e Liquidez se ha convertido en una vía de financiación permanente de entidades por la puerta de atrás del BCE. Para el BCE la garantía pasa a ser el balance del Banco Central del país que utiliza el ELA. En principio parece que será mejor que la garantía de los activos de un banco con problemas de liquidez, pero su propia solvencia se va deteriorando si empeora la solvencia de los bancos prestatarios. No tardaremos en oír voces cuestionando el empleo de este programa de forma permanente. De momento sirve, otra vez, para evitar el colapso de otro país del euro.



Director General de Renta 4 Banco 

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