viernes, 26 de abril de 2013

La liquidez vuelve a anestesiar a los mercados


Los mercados vuelven a vivir una situación muy similar a la existente hace ahora un año. Entonces, la liquidez inyectada por el BCE a través de la "barra libre de liquidez" de los LTRO provocó una mejora considerable de las cotizaciones en los mercados de renta fija y de renta variable. Ahora, la liquidez inyectada por el Banco de Japón, adicional a la constante inyección de la Reserva Federal, vuelve a provocar subidas en los mercados.

Las dificultades de fondo de la economía europea, no solo de la española, no se han resuelto, pero la enorme cantidad de liquidez en el sistema ha anestesiado los mercados, haciendo olvidar temporalmente los problemas existentes.

La caída de las rentabilidades de la renta fija, tanto pública como privada, es generalizada. El bono del Estado a tres años apenas ofrece un 2,68%. Los bonos a diez años se sitúan por debajo del 4,3% de rentabilidad. La enorme liquidez inyectada por los bancos centrales no llega a las empresas y las familias, pero sí se filtra a los mercados financieros, sobre todo al mercado de renta fija, generando una enorme demanda que presiona los precios al alza y las rentabilidades a la baja.

La caída de los tipos de interés no se ha producido sólo en los bonos españoles, sino en la práctica totalidad de los mercados de deuda de los países desarrollados. Así, incluso los bonos alemanes, estadounidenses y japoneses han visto reducida su rentabilidad pese a los bajos niveles de las mismas.






La última subasta del Tesoro con rentabilidades de las Letras a tres meses al 0,340% (antes de comisiones), pone de manifiesto la dificultad de rentabilizar el ahorro a corto plazo. La represión financiera, es decir, la remuneración del dinero por debajo de la inflación, está aquí para quedarse durante bastante tiempo.

Parece claro que la bajada generalizada de las rentabilidades no se debe a una mejoría de la economía global, sino a la cantidad ingente de liquidez inyectada por los bancos centrales. Desde el anuncio del Banco de Japón de duplicar su balance en busca de una inflación del 2%, las rentabilidades no han dejado de bajar. La liquidez anestesia otra vez al mercado.

En este nuevo escenario, es común encontrar a ahorradores e inversores que deciden optar por la renta variable como única opción de lograr una rentabilidad que al menos supere a la inflación. Siendo una opción adecuada para determinadas personas, no lo es para todos. Obtener un 1% de rentabilidad en Letras del Tesoro a un año es mucho más rentable que sufrir una pérdida del 5 ó 10%. No todas las personas están preparadas para soportar las oscilaciones en la valoración diaria de las acciones. Quien invierte un euro más en activos con oscilación en su valoración de aquella cantidad que le permita dormir tranquilo, venderá en el peor momento y sufrirá pérdidas en su inversión. Quien desee rentabilidad debe asumir riesgo.

Mientras tanto, los Bancos Centrales siguen inyectando más y más liquidez. Como los medicamentos, dicha acción no está exenta de riesgos: puede crear dependencia; existe peligro de sobredosis; y la reiteración de su uso hace que sus efectos cada vez sean menores, pero de momento los mercados siguen anestesiados.





Director General de Renta 4 Banco 

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