martes, 2 de abril de 2013

Los depósitos son más seguros que antes


El temor causado por lo acontecido en Chipre es entendible, pero en absoluto debería llevar a considerar los depósitos ahora menos seguros que antes.

Conviene hacer un poco de historia sobre la garantía de los depósitos en España. Hasta hace apenas tres años, la garantía de los depósitos sólo alcanzaba los 20.000 € por titular y entidad. De hecho, han sido varias las ocasiones en las que los depositantes de bancos españoles han perdido parte de sus ahorros (a modo de ejemplo: Banco Europeo de Finanzas y Bank of Credit and Commerce, ambos en 1991). En el rescate a Banesto en 1993, pese al coste de saneamiento de 1.168 millones de euros, los depositantes no sufrieron ninguna pérdida.

Tras la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008, algunos gobiernos europeos como el irlandés, se liaron la manta a la cabeza y garantizaron por Ley el 100% de los depósitos bancarios. Alemania, tras criticar enérgicamente la medida irlandesa, optó por la misma solución, siguiéndole Dinamarca inmediatamente después. En ese momento era prioritario evitar un pánico bancario generalizado, aunque para ello se adoptara una medida que no deja de ser un "brindis al sol": dar garantía estatal al 100% de los depósitos de un país.

Trascurridos unos meses, se aprobó una directiva europea que incrementaba la garantía de los depósitos hasta los 100.000 €. Dicha directiva se implementó en España a través de un Real Decreto Ley de mayo de 2010. En definitiva, en España hasta hace apenas tres años, la cantidad cubierta por el Fondo de Garantía de Depósitos apenas alcanzaba los 20.000 € por titular y entidad, mientras que actualmente dicha cobertura legal se ha quintuplicado. Legalmente NUNCA han estado garantizados el 100% de los depósitos, porque no existe garante con capacidad suficiente para hacerlo. Los depósitos en el sistema financiero español ascienden a 1,48 billones de euros, el 140% del PIB.

Que no estén garantizados por ley el 100% de los depósitos no quiere decir que tengan más riesgo que otro tipo de ahorro o de inversiones. Afortunadamente España solicitó el rescate bancario a Europa en mayo de 2012, acordándose una línea de crédito de hasta 100.000 millones de euros, de los que hasta ahora se han utilizado algo más de 40.000 millones. Las condiciones de dicha ayuda quedaron recogidas en un contrato (MoU) que, entre otras cosas, marcaba claramente cómo se distribuirían las pérdidas "presuntas" que afloraran en los test de estrés realizados a la banca. Las entidades españolas, a diferencia de las del resto de Europa, han tenido que adelantar en sus cuentas de resultados las pérdidas estimadas que se podrían producir en tres años, de acuerdo con los criterio marcados por los test de estrés.

Así, los accionistas de algunas entidades han sufrido enormes pérdidas, sirva el ejemplo de Bankia, y los bonistas subordinados, incluyendo las preferentes, también han tenido que padecer pérdidas significativas. Por el contrario, tal y como se recogía en el MoU, tanto los depositantes como los bonistas senior quedaban al margen de las quitas.

Los balances son fotos fijas de la situación de las entidades en un momento determinado del tiempo. Pese al ajuste y reestructuración llevados a cabo en las entidades financieras pudiera no ser suficiente para alguna entidad en concreto si la situación económica se deteriora aún más de lo previsto y durante mucho más tiempo. De ahí, a generalizar que los depósitos no son seguros va un abismo.

En la situación actual, deberían estar más preocupados los depositantes de un elevado número de bancos franceses, alemanes o italianos, que los depositantes de la mayoría de los bancos españoles. Ellos no han realizado los test de estrés de la banca española, ni tienen firmado un MoU en el que se deja al margen a los depositantes.

El modelo de rescate chipriota ha puesto de manifiesto que vía impuestos ningún activo está a salvo de sufrir quitas mediante la instauración de tasas o impuestos totalmente arbitrarios, ya sean estos depósitos, bonos, fondos, acciones, inmuebles o cuentas radicadas en el extranjero.

El elixir de la eterna juventud no existe, la seguridad total en las inversiones, incluidos los depósitos tampoco. Ello no debe llevar a temer por los depósitos, más que por otro tipo de activos o de ahorro. Los depósitos en España están tan seguros como cualquier otro activo financiero, y mucho más que hace apenas tres años.


Director General de Renta 4 Banco 

No hay comentarios:

Publicar un comentario